19 de diciembre de 2010

Construcción de otro presente-futuro posible

La «soberanía popular» como poder de justicia social o de rumbo hacia la construcción del buen vivir de una creciente mayoría será creada por ella como sujeto plural y diverso. Ya está en lucha contra las consecuencias mortales e invisibilizadas del agasajado crecimiento económico. Lleva a cabo luchas contra la tercerización o el fraude laboral; el saqueo de bienes comunes; la contaminación ambiental; los desalojos de los sin techo y de los campesinos e indígenas; la usurpación de tierras a pueblos originarios; el avasallamiento ejercido por los megaemprendimientos turísticos e inmobiliarios, etc.

En otras palabras, concreta luchas contra la seguridad jurídica de los reconocidos oficialmente como inversores pero que son los expoliadores o los delincuentes criminales a escala gigantesca. Para afianzar esta impunidad, el capitalismo e imperialismo criminaliza:
-a los pobres o sea a quienes despojó de sus posibilidades de vida digna e incluso mata por hambre, desnutrición, desatención médica, prohibición de adquirir medicamentos, gatillo fácil...; y -a quienes ejercen el derecho constitucional de reclamar justicia.

Son luchas por el ¡No! al modelo productivo y al Ministerio de Seguridad (en reemplazo del Plan Nacional de derechos humanos) que, en vez de consagrarse a satisfacer las necesidades básicas para la seguridad jurídica de los de abajo, consolida al Estado policial mediante despliegue de 6.000 efectivos de la gendarmería en el conurbano bonaerense. Claro, Nilda Garré acompañó a Federico Storani en Seguridad durante el gobierno de la Alianza y participó, como ministra de Defensa del gobierno CFK, en el terrorismo de estado que la Minustah aplica al pueblo hermano de Haití.

Son luchas por el ¡No! porque sus protagonistas han tomado conciencia que es posible concretar el Sí a la vida y la dignidad de los pueblos. Luchan por saberse dignos de derechos y oportunidades de buen vivir. Luchan en solidaridad con otros de abajo reconociendo sus derechos y los compartidos. Luchan por la soberanía alimentaria y por la Memoria, Verdad y Justicia.

Pero precisan articularse entre sí para ir creando soberanía popular. Esa unidad en diversidad se dará como voluntad de emancipación de los opresores y de construcción del país-continente-mundo en acuerdo con las necesidades y aspiraciones de todos los de abajo sin discriminación de tipo alguno. Proceso de organización de las nuevas relaciones sociales e internacionales que consiste en el viraje desde el peticionar, el reclamar y el presionar a gobiernos del sistema opresor a afirmarse en que sólo los pueblos se salvarán a sí mismos.

Otro país-mundo requiere «la reforma agraria integral» como programa de la soberanía popular que la concreta en forma socioeconómica e institucional después del éxito en la lucha por emancipar a todo el territorio que abarca, por cierto, la recuperación de las empresas estratégicas y estatales.

Esta lucha emancipadora implica organización de la diversidad de quienes se asumen sujetos colectivos de derechos y de autonomía. Los responsabiliza, ante todo, a constituir la unidad por síntesis de las reivindicaciones vitales de todos ellos. A su vez, la puesta en práctica de las soluciones a esos problemas fundamentales los involucra en desarrollar la autogestión y el autogobierno del territorio local, provincial, nacional, continental hacia otro orden mundial.

La lucha emancipadora de todo el territorio es lucha de clases porque rumbea a erradicar la concentración y desnacionalización tanto económica como territorial que el sistema capitalista e imperialista implantó, desde 2003, como si fuese sorprendente crecimiento económico y cuyo sentido de acumulación constante de riquezas y poder de las transnacionales se da desde los setenta donde se instauró mediante terrorismo de estado.

En toda la historia de Argentina, la forma de apropiación de la tierra fue decisiva en la concreción de ▪la estructura social de poder, ▪la subordinación de las clases dominantes al imperialismo hegemónico y ▪el modo de acumulación capitalista. Esta realidad continúa y se ha profundizado con la fragmentación de Argentina en economías de enclave exportador de commodities para los oligopolios imperialistas. Proceso que ha sido favorecido por la descentralización estatal, según planificación del Banco Mundial, para la mercantilización y transnacionalización de bienes comunes y derechos humanos. La descentralización resultó exitosa al consolidar la condición semifeudal de casi todas las poblaciones provinciales sin otra oferta de trabajo que en el Estado como componentes de aparatos clientelares y punteriles. Este funcionamiento estatal de las provincias y del conurbano bonaerense es importante para el triunfo del partido Justicialista. También ha facilitado al capitalismo e imperialismo urdir el entramado mafioso del Estado con el narcotráfico, la trata de personas, etc.

Durante la etapa K de la gobernabilidad, el Estado Nacional ha adquirido un óptimo manejo del binomio consenso-disciplinamiento que es crucial para conservar la impunidad del poder económico e imperialista para enriquecerse a expensas de estrechar las posibilidades de vida digna de una creciente mayoría y desertificar el país-mundo en todos los sentidos.

En confrontación es imprescindible un frente cultural y político que multiplique espacios en común para ir reconociéndonos como un nosotros a medida que nos vinculemos de otras maneras que las vigentes. Pero, sobre todo, ese nosotros surgirá según deliberemos y decidamos sobre cómo encaminar la construcción de la democracia directa que controle a la indirecta en el cumplimiento de los planes discutidos entre todos.
Elena Cedrón

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