4 de septiembre de 2011

Construcción CFK de la impunidad de quienes impulsaron a la dictadura genocida para su acumulación de riquezas y poder

1) Para el progresismo, piropo de UIA es como dormir con el enemigo
Cristina Fernández se mostró feliz con los popes de la UIA, en el Día de la Industria. Ignacio de Mendiguren, de la entidad fabril, dio un discurso amigable con el gobierno. La UIA es el lobby de los monopolios industriales.

Por Emilio Marín

La Unión Industrial fue fundada en oficinas prestadas por la Sociedad Rural Argentina, por lo que -de movida nomás- se supo que sus aires industrialistas deberían congeniarse con los mugidos de vacas y toros campeones de Palermo. Los primeros rescataron más a Carlos Pellegrini y los segundos a Bartolomé Mitre y el general Roca, pero ambos idealizaron a la Generación del ´80 y se unieron en los festejos del Centenario.A veces hay cornadas entre bueyes. Este puede ser uno de esos momentos. La Unión Industrial con la presidencia de Ignacio de Mendiguren aparece como cuasi oficialista, en tanto la SRA de Hugo Biolcati sigue velando las armas de algún futuro lock out por defender intereses sojeros.Cuando inauguró en julio la 125º Exposición Rural de Palermo, Biolcati bajó una línea confrontativa y apeló a la gauchocracia para votar contra el gobierno.De Mendiguren, en cambio, festejó el Día de la Industria en Tecnópolis, con un discurso afín al gobierno nacional, con la presidenta como invitada estrella.


CFK confesó que era la primera vez que, en circunstancias parecidas, no tenía nada que refutar al discurso precedente.

Biolcati también estaba en Tecnópolis, pero era casi un infiltrado. Un solitario. Nadie quería verlo sentado a su mesa, no tanto por los viejos lock out sino por sus lamentables declaraciones contra quienes votaron al oficialismo en las recientes primarias.La brecha abierta entre la Unión Industrial y la Sociedad Rural es en lo táctico favorable al gobierno y en general a los intereses de la mayoría de la población. Aislada políticamente, la Mesa de Enlace tendrá más divisiones internas alentadas por el ministro de Agricultura, Julián Domínguez. Y le será muy difícil volver a lanzar paros patronales como los convocados a principios de año pretextando la situación de los productores de trigo.En general la Unión Industrial siempre tuvo un costado más político, que también podría llamarse más oportunista- para no enfrentarse tan de punta contra los gobiernos peronistas. En 1973, por ejemplo, aceptó incluirse -subordinada- en la CGE conducida por el ministro José Ber Gelbard y Julio Broner.
Con el golpe de Estado de 1976 reasumió su rol hegemónico y procesista, con Eduardo Valentín Oxenford, luego ministro de Industria del dictador Roberto E. Viola.Esa apelación a la historia debería refrescar algunas memorias de funcionarios que pueden estar soñando con poner definitivamente de su lado a la central industrial. Están equivocados. La UIA es lo que fue y es: una cámara de los monopolios nacionales y extranjeros con anclaje en la industria y otros rubros de la economía.Por eso fue parte de la APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias) que llamó al lock out patronal preparatorio del cuartelazo de Videla y José A. Martínez de Hoz. Justamente "Joe" personificó esa confluencia monopólica pues fue titular de la Sociedad Rural y a la vez presidente de Acindar. Creer en las bondades nacionales y democráticas de la UIA es meterse bajo las sábanas y apagar la luz teniendo al enemigo al lado.

Historia y actualidad. Algunos lectores pueden creer que esas referencias a la UIA son historia vieja y que ahora hay una entidad acorde a los tiempos. El archivo no miente.En el marco de su pelea contra el gobierno nacional, las patronales del campo se reunieron en marzo del año pasado con los dirigentes de UIA y AEA. "En representación de la UIA, los señores Miguel Acevedo, Vice 1º; Luis Betnaza, Vice 2º; Adrián Kaufmann Brea, Vice 4º; y José Ignacio de Mendiguren, Secretario. En representación de la Asociación Empresaria Argentina, su Presidente, Jaime Campos; los Vicepresidentes Luis A. Pagani, Carlos Miguens y Cristiano Rattazzi", consignaba la crónica de esa reunión. El "palo" contra una presidenta supuestamente "crispada" vino cuando ruralistas e industriales plantearon "la necesidad de promover en la Argentina un ejercicio permanente e intenso del diálogo entre todos los sectores de la vida nacional". Según ellos, Cristina era enemiga del diálogo...
En la AEA y la UIA hay empresarios con doble afiliación, como Kaufmann (Arcor), Betnaza (Techint), Bagó, Víctor Klima (Volkswagen), Federico Nicholson y Luis María Blaquier (Ledesma), Enrique Pescarmona (IMPSA), Aldo Roggio, Carlos Bulgheroni (Bridas), Jaime Campos (Aceitera G. Deheza), Cristiano Rattazzi (Fiat), Alfredo Coto (Supermercados) y muchos más. Si se entra a la página de la Unión Industrial verá desfilar la propaganda de esas firmas y otras como Asociación de Fabricantes de Cemento Pórtland, Pan American, CILFA, Aluar, Alpargatas, CAEM (Cámara de Empresarios Mineros), Adimra, FATE, OSDE, Peugeot-Citroën, Banco Galicia y ABA (Asociación de Bancos Argentinos).Esa última, agrupa a los bancos extranjeros, tan foráneos como las empresas que organizaron la Conferencia del Consejo de las Américas, el 31 de agosto en el Alvear Palace Hotel: Citibank, Monsanto, DHL, Microsoft, Barrick Gold, JP Morgan, NEC, Pepsico, Financial Times y AES. Los co-organizadores locales eran todos del gran capital, como AEA, Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham), Sector Privado de las Américas (SPA) y por supuesto, la UIA.
Esos monopolios nacionales y extranjeros no son "la Industria", del mismo modo que la Sociedad Rural y la Mesa de Enlace no son "el Campo". Son una fracción de las clases dominantes, enfrentada con los intereses nacionales, populares, de los trabajadores y hasta de una parte de las industrias (pequeñas y medianas), que también sufren la competencia desigual de los pulpos.

¿Intereses coincidentes?En la cena de Tecnópolis hubo grandes coincidencias que incluyeron a Hugo Moyano, secretario de la CGT. La base de esa convergencia la dio el titular de la UIA, cuando destacó que en los últimos años la industria argentina duplicó su capacidad instalada, triplicó sus exportaciones y creó más de 500.000 nuevos puestos de trabajo formales.En esa misma onda positiva, subrayando los avances cuantitativos del sector, la jefa de Estado recordó que los objetivos del Plan 2020 son duplicar el PBI industrial, crear otro millón y medio de puestos de empleo y reducir aún más la desocupación, al 5 por ciento.En comparación con la década menemista, el crac de la Alianza y la devaluación del duhaldismo, aquellos números se prestan a la celebración. El país está mucho mejor que entonces y el resultado de las primarias del 14 de agosto puso en claro cuál es el balance de la mayoría del electorado.

Pero también hay que ver un poco debajo de la superficie de esos números, para saber si este crecimiento sirve de base a un desarrollo independiente. Y allí aparecen las dudas y críticas, porque la mayor parte de ese aumento del PBI va en beneficio de las grandes empresas. La última estadística del Indec en la materia reveló que sobre las 500 firmas más importantes, 324 son extranjeras y 176 nacionales. Estas últimas, por supuesto, no son Pymes sino asociados de la UIA...La ministra Débora Giorgi informó que "el sector que más creció desde 2003 fue el automotriz, que se incrementó en un 420% a hoy y que este año alcanzará una producción récord de 850 mil unidades". Le faltó puntualizar que las diez empresas terminales asociadas en Adefa son extranjeras.

Lo más preocupante de la palabra presidencial fue su afirmación de "que no hay intereses más coincidentes que el de los empresarios con los trabajadores". En otros actos ella había dado en la tecla, al advertir que había intereses contrapuestos y que era legítima la puja, que la democracia es disenso, etc.

La historia demuestra que entre uno y otro sector hay una contradicción básica, de clase, aún cuando el kirchnerismo trate de armonizarla. La UIA proponía aumento del 15 por ciento del salario mínimo y la CGT-CTA del 41. La CGT avala el proyecto de Héctor Recalde para que las empresas distribuyan el 10 por ciento de las ganancias, y la UIA lo boicoteó. Las grandes patronales impulsaron las privatizaciones, en tanto los trabajadores más patriotas las resistieron. La UIA y sus aliados no aceptaron ser parte de los festejos del Bicentenario, los trabajadores sí. De Mendiguren y el lobby industrial estuvo en contra de la ley de medios, que los trabajadores apoyaron.El "fifty-fifty" de la presidenta, para el capital y el trabajo, ya era una zoncera de las que podría haberse ocupado don Arturo Jauretche. Pero del discurso de Tecnópolis surge otra fábula peor: no hay mitades iguales, el 100 por ciento sería de todos y todas, pues somos argentinos. A actualizar el Manual de zonceras argentinas...
http://www.laarena.com.ar/opinion-para_el_progresismo__piropo_de_uia_es_como_dormir_con_el_enemigo-65102-111.html http://argentinacontaminada.blogspot.com/2011/09/para-el-progresismo-piropo-de-uia-es.html
Publicado por Norberto Costa -------------------


2) El consejo de las Américas / Encuentro de funcionarios y hombres de negocios Rotundo aval de empresarios al modelo económico y al Gobierno Por Francisco Olivera (La Nación)
El vuelco se parece bastante a los que suelen acompañar los pasos inaugurales de todo presidente. Y aunque esta vez los espera una casi segura reelección de Cristina Kirchner, un nuevo impulso de optimismo parece haber ganado a los empresarios. Lo volvieron a expresar ayer, en otro respaldo unívoco al Gobierno y al modelo económico, durante el encuentro del Consejo de las Américas, en el hotel Alvear. El desvelo por la inflación, la competitividad, la energía o el acceso al crédito, tan espontáneo y explícito en foros recientes, quedó solapado o en la periferia de elogios rebosantes.
Quedó claro desde la apertura, con un detalle en el que casi nadie se detuvo. Carlos de la Vega, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y uno de los organizadores, dio la bienvenida con un compendio de la recuperación argentina de los últimos años, pero situó su arranque en 2003, no en el tercer trimestre de 2002, como ocurrió. "Desde 2003, el producto se expandió ininterrumpidamente a una tasa promedio anual cercana al 8 por ciento", dijo, y lo mismo hizo con el alza del empleo privado, que ubicó en un 70 por ciento.
Casi no hizo críticas, pero sí advertencias hacia adelante. "Creo que en esta nueva etapa será necesario dar un mayor impulso a la inversión privada, que, aunque ha crecido en los últimos años, aún parece insuficiente para sostener el actual ritmo de expansión en el largo plazo", sostuvo, y agregó que "esta nueva etapa requerirá un esfuerzo importante en competitividad, que ya no puede depender sólo del tipo de cambio. Es necesario continuar mejorando la infraestructura". Hubo más de 450 asistentes. Entre los empresarios, Eduardo Eurnekian, Alejandro y Bettina Bulgheroni, Juan Carlos López Mena, Ernesto Gutiérrez, José Ignacio de Mendiguren, Alfredo Piano y Federico Nicholson, junto a la anfitriona, Susan Segal. Del Gobierno expusieron el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; los ministros Amado Boudou (Economía) y Débora Giorgi (Industria), y la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. De la oposición, Ricardo Alfonsín, Alberto Rodríguez Saá y Hermes Binner. Asistió también el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.
"Me gustó el tono de Boudou", dijo De la Vega a LA NACION. Desacartonado y sonriente, el ministro había invitado al tiempo "de buscar soluciones novedosas, creativas". Volvió a culpar a las calificadoras de la crisis mundial y agregó que, "hasta 2008, toda la economía se pensaba articulada sobre el sistema financiero. Debemos hacer un giro y verla en torno del mercado laboral". Ernesto Gutiérrez eligió en cambio a Rodríguez Saá: "Me encantó el puntano. Su visión de país con expectativas, ilusiones, sueños. Por lo menos esbozó un futuro. Los otros de la oposición, en cambio, estuvieron retraídos en el momento de proponer una oferta". Gutiérrez fue de los pocos que hablaron de inflación, pero adujo que esta vez la ventaja era que no se originaba en el déficit de las cuentas públicas. "Ahora es producto del calentamiento de la economía y una estrategia de país: dijimos «Al mal tiempo, buena cara» y crecemos. Crecer al 9 por ciento sin inflación es imposible: prefiero eso y un aumento de precios del orden del 15 por ciento".
López Mena se centró en América latina. "Toda la región va a seguir creciendo con mayor posibilidad de hacer exportaciones, no sólo en agricultura sino también de una Argentina completa, que tiene energía, petróleo, agua. Es importante que se sumen también los mercados de la región", dijo a la agencia Télam. El dueño de Buquebus coincidía así con Débora Giorgi y Marcó del Pont, que explicaron que el crecimiento no obedecía sólo al viento de cola y las materias primas. "La fortaleza del mercado local es motorizada por la política de Estado orientada a un proceso de sustitución de importaciones que es un camino a la industrialización", reforzó Giorgi.
El fantasma del avance del Estado sobre las empresas, un miedo recurrente, estuvo ausente ayer. ¿Teme la "profundización del populismo"?, le preguntó un periodista de la revista Crisis a Eurnekian, acaso el más crítico de los presentes. Citaba la frase que, desde hace meses, provoca pavor entre empresarios y corresponde al viceministro de Economía, Roberto Feletti. "No creo que éste sea un país comparable con Venezuela -contestó el dueño de Aeropuertos Argentina 2000-. Ya hemos pasado por esa experiencia y no dio resultado. Hay que entender las idiosincrasias de cada país: no podemos copiar políticas de países sajones o China. No puedo hablar del resto, hablo de mi caso. El Gobierno no tiene una mentalidad estatista, sino dirigista, y eso sólo es negativo cuando se vuelve condicionante para el sector privado. Nadie conoce mejor cómo funciona la empresa que el empresario." Lo que sí inquieta al ex textil es la inflación: "Me preocupa, pero a la Presidenta también: de otro modo no habría intervenido en la negociación por el salario. Otra cosa es lo que dice, son políticos". ¿Qué hay que mejorar?, se le preguntó. "Inversión, inversión, inversión. No es fácil. Si se acuerda con el Club de París, va a evolucionar mucho", contestó.
http://www.lanacion.com.ar/1402342-rotundo-aval-de-empresarios-al-modelo-economico-y-al-gobierno
01 de septiembre de 2011
Publicado por Norberto Costa

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