Argentina, Catamarca: Interferidos y
censurados
Por: Ximena Cabral (PRENSA RED)
La denuncia del bloqueo a Andalgalá después de la represión
en Tinogasta y Belén es parte de una misma operatoria: la del aislamiento para
la circulación de información. El bloqueo a la llegada de periodistas y la
sesgada información en parte de los medios públicos van a contrapelo de los
pregones de la nueva Ley
de Medios.
Las crónicas breves de algunos periodistas, los testimonios que van circulando, algunas fotos y parte de los comunicados de organizaciones dan testimonios de las dificultades de llegar a Andalgalá en las últimas horas. La presencia de grupos pro mineros haciendo requisa sobre que medios ingresan y acompañando, como en el caso de Serpaj, al camión durante50 km ponen luces de alerta a
la persecución y la posibilidad del libre ejercicio de la actividad.
Las crónicas breves de algunos periodistas, los testimonios que van circulando, algunas fotos y parte de los comunicados de organizaciones dan testimonios de las dificultades de llegar a Andalgalá en las últimas horas. La presencia de grupos pro mineros haciendo requisa sobre que medios ingresan y acompañando, como en el caso de Serpaj, al camión durante
Desde la Asociación Mundial de Radios Comunitarias
Argentina (AMARC), la Red
Nacional de Medios Alternativos (RNMA) y la Coordinadora en
Defensa de la
Comunicación C omunitaria , Alternativa y Popular (CoorDeCCAP)
denuncian que “no dejan pasar a los periodistas que se acercan hasta Andalgalá
en un claro acto de censura contra quienes intentamos cubrir la tensa situación
que se está viviendo en el lugar, atentando contra la libertad de expresión y
el derecho a la comunicación.”
Además, aclaran que miembros de La Asamblea El Algarrobo
denunciaron que estos grupos pro-mineros amenazaron a Radio El Algarrobo,
diciéndoles que sería el siguiente punto de desalojo en la escalada de
represión. Recordemos que la radio de la asamblea se encuentra interferida
desde la noche del jueves 9 de febrero. La RNMA denunció ante la AFSCA esta
gravísima situación, pero aún no se ha modificado.
La población sitiada
Según plazademayo.com la decisión fue impedir el paso a
cualquier medio nacional, especialmente el Grupo Clarín, porque según ellos,
difundieron una versión distorsionada de los conflictos de Belén y Tinogasta y
“están cansados de la manipulación de los medios”.
Al respecto, describieron la presencia de camionetas doble
cabina con dos puestos de los que colgaban carteles de “A la minería sí o sí” y
“TN Miente”, y alrededor de veinte personas que irrumpieron para comenzar el
control de acceso. “Al constatar que algunos eran periodistas, requirieron
identificaciones y nombre del medio al que cada uno pertenecía. No contentos
con las respuestas, solicitaron documentos que probaran los datos y finalmente
exigieron que se retiraran todos del lugar” aclara el reporte.
La violencia y el temor es la atmosfera permanente por
aquellas horas. La estrategia de enfrentamiento entre pobladores, entre
trabajadores y asambleístas es parte del recetario de intervención de estas
trasnacionales en territorios ajenos. Una de las asambleístas de la radio el
Algarrobo describía en la vaca.org que “Los subcontratistas locales de las mineras,
medianos comerciantes que agarran algunas migas, organizaron un grupo para
tomar el control de la ruta y, así, de la ciudad.
Son 40 ó 50 personas, que están ahí con la promesa de algún
trabajo o alguna prebenda. Muy cebados por eso, en una ciudad donde lo único
que ha traído la actividad minera es más pobreza y por eso cualquier salida
desesperada puede avanzar”.
La asambleísta aclaró: “Nosotros no vamos a enfrentarnos
contra los vecinos, por más que estén haciendo esto. Nuestra pelea no es con
ellos, sino contra las corporaciones que provocan estas situaciones.” También
señala que el propósito de la asamblea es claro: que se cumpla la ley porque
“estas empresas violan todas las normas, resoluciones judiciales, leyes
nacionales y tratados internacionales.
Ya tienen sentencias que así lo dictaminan, pero la única
forma de pararlas y que las acaten es con nosotros en la ruta. No hay autoridad
local ni nacional que hoy esté dispuesta a hacerlas cumplir la ley.”
Bloqueados
La resistencia desde Famatina, Belén, Tinogasta, Chilecito,
Fuerte Quemado y Amaicha del Valle, fue registrada desde sus inicios por medios
de prensa locales y comunitarios. En un clima de tensa violencia, parte de la
resistencia fue registrada por los propios medios de comunicación de las
localidades y la prensa alternativa.
Persecuciones a asambleístas o manifestantes, allanamientos,
represión policial, el registro de cámaras y micrófonos de los medios
comunitarios significa un punto nodal en la resistencia y articulación entre
otros cortes y luchas. En ese marco, la interferencia a la radio El algarrobo
representa una clara intervención de censura.
El 9 de febrero a las 21, mientras se transmitía el conflicto
en Tinogasta, fue interferida la transmisión de aire de la radio violando el
derecho fundamental a expresarse y comunicar.
En ese sentido, el documento de las Organizaciones de Medios
comunitarios, populares y alternativos denuncian la violación de los derechos
de libertad de expresión, el acceso a la información, y la participación de los
medios de comunicación “que acompañamos a un pueblo que se niega al silencio de
los cementerios, porque también somos parte de esos pueblos que luchan por sus
derechos y sus vidas.”
En las últimas horas, otro de los asambleístas del El
Algarrobo e integrante de la radio informaba a Prensared que la ciudad
continuaba sitiada. Ante la interferencia de la señal, Brian explicaba que
“estamos haciendo una radio abierta en la plaza, de a poco se las rebuscan para
entrar, nos han bloqueado de todas formas. Por ahora internet es el único medio
que nos queda”.
El silencio de los organismos públicos, de las autoridades competentes
para exigir el ejercicio de la libertad de expresión y aquellos acuerdos que
fueron expresados en la nueva ley de medios (sobre la necesidad de las voces y
testimonios locales en los medios de comunicación como forma de pluralidad y
ejercicio ciudadano) queda en duda cuando una comunidad se ve aislada y sitiada
por un grupo parapolicial que reduce el conflicto a enfrentamientos entre
vecinos.
Asimismo, el bloqueo físico a llegar al lugar del conflicto y
la escasa repercusión que estas medidas están teniendo en la prensa masiva y en
los medios públicos pone sobre relieve la necesidad de discusión sobre el
ejercicio del periodismo, la posibilidad de la libre circulación de información
y el acceso a las fuentes y los escenarios de represión.
Fuentes originales:
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