La otra ley de medios
Por Andrea Sosa Alfonzo.
Después del 7D se abrió otro panorama: el debate acerca del lugar de los medios
de comunicación alternativos y populares. Un proyecto de Ley en fomento de los
medios de comunicación autogestivos impulsado por AReCIA, llegó al Congreso.
La ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual (LSCA) llamaba a los medios de comunicación masivos
constituidos en grupos multimedia a adecuarse a la nueva normativa. Sin
embargo, en los hechos no significó un instrumento que impulsara la
democratización para todos los espacios televisivos y radiales -en algo de esto
radica la campaña 365D que impulsan diversos medios bajo la consigna “Queremos
ver y escuchar medios comunitarios, alternativos y populares”- y no contemplaba
a las publicaciones gráficas y de Internet.
Para saldar esta deuda
con el sector, este martes se presentó en el Congreso el proyecto de Ley de
Fomento a la
Producción Autogestiva de Comunicación Social por Medios
Gráficos y de Internet impulsado por las más de 250 publicaciones que integran
la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (AReCIA). La
iniciativa fue ingresada en el parlamento por el diputado kirchnerista, Jorge
Rivas.
La comunicación que
queremos
La autogestión de
publicaciones gráficas y sitios de Internet -Marcha es un ejemplo de este amplio arco de
experiencias que relatan, construyen y apuestan a la comunicación como una
herramienta de cambio social- data en la Argentina de una historia de más de
veinte años. Primero, fue el neoliberalismo y luego del 2001 el
neodesarrollismo, lo que imposibilitó el reconocimiento de los medios
alternativos y populares en su aporte a la democratización de la comunicación,
tanto en su dimensión simbólica, como material.
El reciente proyecto
de Ley tiene entre sus objetivos saldar la deuda histórica del sector
declarándolo “patrimonio cultural argentino”, elaborando un marco de fomento
que permita el desarrollo de dichas experiencias, la protección de la circulación
y el acceso a financiamiento.
Nuestra sociedad está
atravesada por la concentración en pocas manos y voces. La monopolización de
productos y de contenidos es un síndrome que data de una estructura democrática
obsoleta respecto del desarrollo del periodismo cultural y político –mayormente
impulsado por colectivos culturales, organizaciones sociales y comunitarias con
un anclaje fuerte en un proyecto político mayor que las contiene-.
Es por esto que Rivas,
el diputado que asumió la presentación del proyecto en el Congreso, reafirmó la
necesidad de la norma, ya que “aporta la protección del Estado a medios
gráficos independientes no sólo del poder político, sino también de los
sectores concentrados de la economía”.
Además el proyecto
propone la creación de un fideicomiso que permita a las publicaciones
autogestivas -la categorización define ya en sí misma quiénes pueden ser
beneficiarios y quiénes no- el acceso a subsidios y créditos a tasas blandas y
en el mayor plazo de pago posible, la exención del IVA en toda la cadena de
producción, del impuesto a las Ganancias y los derechos de exportación e
importación.
Ahora, que nos escuche
el Estado
Hoy las revistas
culturales y los sitios de Internet –leídos por más de un millón y medio de
lectores- son reflejo no sólo de estas luchas, sino de la consolidación, y la
formación de una nueva generación de periodistas y de un nuevo modo de entender
a la comunicación.
Desde lo autogestivo constituye ya no un lugar de
marginalidad y de tránsito, sino de profesionalismo y compromiso con un
proyecto más grande –hacer periodismo independiente no es más que el ocultamiento de los
procesos de dominación que se sostienen a través de los medios hegemónicos-.
En diálogo con el
programa “Con el Pie izquierdo” de Radio Sur FM 88.3, Julia Pomies de la Revista Kiné
integrante de AReCIA, señaló que la finalidad del proyecto de Ley se centra en
el desarrollo integrado, equitativo y eficiente de la estructura productiva y
sobre todo de una alerta hacia el Estado en su función democratizadora.
Diversos actores
nucleados en AReCIA que participaron del proyecto acordaron que los principales
problemas que enfrenta el sector “son la distribución, la compra del papel en
forma anual a precios más rentables, contar con algún tipo de crédito blando y
la exención de algunos impuestos” que permitan un mayor grado de penetración en
los kioscos y puntos de venta.
Parte de la situación
actual que atraviesan las revistas culturales independientes radica en la
concentración del servicio en manos del grupo Clarín, quien viene realizando
maniobras de expulsión de los canales de distribución, imponiendo nuevas
condiciones de comercialización (un costo fijo por ejemplar vendido)
perjudiciales para las revistas culturales en relación a las revistas
comerciales.
Muchas de las
publicaciones tanto gráficas como de Internet coinciden en palabras de Pomies
en que “sus intereses, sus preocupaciones, sus textos, no tienen cabida en los
medios hegemónicos y comerciales. Nuestra idea es No
queremos ser grandes, queremos ser muchos”, afirma Pomies.
Según Pomies, “los
otros medios, los hegemónicos” tienen “enormes sumas en concepto de pauta
publicitaria oficial” por eso es que uno de los puntos de la presentación
radica en “la creación de un Fideicomiso que destine un 20% del aporte de la
pauta oficial a préstamos y subsidios” para los medios contemplados en esta
nueva ley.
Con el fin de
acompañar la iniciativa y dar cuenta de los reclamos del sector además de Rivas
firmaron el proyecto de Ley el presidente del bloque del Frente para la Victoria , Agustín Rossi, y los legisladores Carlos
Heller, Adriana Puiggrós, Héctor Recalde, Remo Carlotto y Omar Plaini entre
otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario