3 de marzo de 2017

UNIÓN ENTRE COMUNIDADES A LO LARGO Y ANCHO DEL PAIS-CONTINENTE-MUNDO


  Sus posibilidades surgen de asumir el 
legado emancipatorio de l@s 30.000
 desde las realidades concretas de hoy.
 
Abajo y a la izquierda nos urge generalizar el cuestionamiento de la sociedad de consumo mediante la percepción del extractivismo. Porque está desertificando, amenazando nuestra supervivencia e incluso incurriendo en genocidios ninguneados. Se trata de construir la unión de quienes vivimos en las grandes ciudades con quienes pertenecen a las "zonas de sacrificio" de la  principal acumulación gran capitalista de riquezas y poder. Contra este avasallamiento de derechos resisten comunidades campesinas e indígenas y las organizaciones de vecinos autoconvocados de la Unión de Asambleas Ciudadanas. Sus disputas de territorios con las corporaciones y su Estado las han hecho converger en luchar por decidir sobre el destino común. Pero, sobre todo, comparten que es imprescindible otro modo de producción y desarrollo.  De suerte que son, quizás inconcientemente, las pioneras en asumir el legado emancipatorio de l@s 30.000.


Emiliano Teran Mantovani nos aclara en el  ensayo "Relanzando el extractivismo: Revolución Bolivariana,

crisis del capitalismo rentístico y tensiones eco-políticas en el territorio venezolano" /27 de enero de 2017:

 

(...)ii. En Venezuela hay una potencia política popular sin precedentes que se ha configurado alrededor de unos códigos comunes, de un complejo proceso identitario que podemos llamar chavismo37. Si pensamos en movilizaciones masivas de calle, a estas alturas esta fuerza se encuentra fragmentada; en la política en general presenciamos una falta de referentes éticos y políticos, y hay ausencia de efervescencia y motivaciones sociales que caracterizaron los primeros años de la Revolución Bolivariana. Pero esto no supone la ausencia de esta fuerza y de tejidos políticos populares. Dependiendo del tipo de asimilación que desde el campo popular se dé a estos tiempos de cambio, podremos presenciar la activación de otro tipo de ciclo de lucha en el país.
 
iii. En Venezuela, la proporción urbano-rural es extraordinariamente sesgada hacia lo urbano, pues casi el 90% de la población vive en ciudades. Es por tanto necesario reconocer que en el país, paradójicamente, las principales potencialidades para resistencias contra el modelo extractivista tienen que nutrirse, en gran medida, de las luchas en las ciudades. En los territorios clave de extracción (FPO, AMG), las densidades poblacionales suelen ser muy pequeñas, o bien la población ha sido muy asimilada o subsumida al modo de vida rentista. Ha sido en las ciudades donde el rentismo petrolero se ha alimentado con más fuerza, dado que es el lugar donde se concreta la gran promesa histórica de progreso, modernidad y civilización, “posible” rápidamente a partir de la masiva distribución de la renta del petróleo. Pero también es el núcleo de las movilizaciones contra-hegemónicas más potentes –la fuerza del chavismo popular es fundamentalmente urbana–. En este sentido, en Venezuela uno de los aspectos más sensibles es una transformación cultural para intentar trascender la llamada “cultura del petróleo”. ¿Cómo generar imaginarios críticos ante el modelo extractivista petrolero, en los cuales la gente no sólo cuestione modos de vida muy vinculados al consumo, sino a la sensibilización sobre territorios donde no vive?
 
iv. Esto apunta a la imperiosa necesidad de construir nuevas narrativas, en las cuales los venezolanos podamos pensarnos más allá del petróleo –y ahora incluso de la minería–, más allá del rentismo y más allá de una política que gira básicamente en torno al Petro-Estado.
 
Es fundamental asumir que estas nuevas narrativas no deben ser labor de un Estado, sino principalmente producto de la construcción discursiva de los movimientos populares. Esto supone plantearse incluso una disputa cultural con el propio Estado.
 
v. La crisis del capitalismo rentístico venezolano, no sólo refleja el conflicto sociopolítico nacional originado por las contradicciones del sistema, sino que también abre caminos a nuevas oportunidades para pensar y producir otras modalidades de organización social. (...) Leer


Emiliano Teran Mantovani nos plantea el desafío de deconstrucciones culturales en el comunicarnos o en los diálogos con las minorías formadoras de la gran mayoría extrañada (por el capitalismo y sus medios de difusión masiva) de cómo está siendo cómplice de la destrucción de sus condiciones de vida y trabajo tanto del presente como del futuro.

En ese sentido valoremos:

Análisis de coyuntura y proyección en el contexto de los "incendios forestales"
Construyamos una alternativa ecosocialista
6 de febrero de 2017
Por Isaías Urzúa y Juan Paulo Concha (Rebelión

Actualmente el pueblo chileno atraviesa una de las crisis humanitarias, sociales y políticas más profundas de su historia. Nuevamente los pauperizados son los que se llevan la parte más amarga de una inmensa catástrofe que, mientras se escriben estas líneas, no tiene fecha cierta de finalización. Sin embargo, a diferencia de los recientes terremotos o tsunamis, lo que caracteriza a la situación actual es que su causa estructural no se debe a “caprichos de la naturaleza”, sino que encuentra sus raíces más profundas en un modelo de producción que extrae sus ganancias a partir de la renta de la tierra, y que tiene su expresión jurídica acabada en el DL 701, promulgado en dictadura, y que ha sido actualizado en los gobiernos civiles de la Concertación y la Alianza.
Frente a esta situación la izquierda se ha manifestado de diversas formas que oscilan entre una “conspiranoia” ciega y palabras críticas que demuestran muchas veces bastante agudeza, no obstante, de lo que se trata hoy es de que las palabras se transformen en una acción política transformadora. Si bien es necesario denunciar los intereses que se esconden tras los incendios y la degradación de nuestras tierras, no podemos conformarnos con la mera propaganda, por muy elocuente que sea, ya que ésta no ofrece salidas políticas para el pueblo trabajador.
Un ejemplo de lo anterior corresponde a lo ocurrido hace un par de años en Valparaíso. Muchos habitantes de los cerros de la ciudad quedaron sin hogares debido a una pésima planificación urbana que demostró su peor cara frente a un incendio. Una vez ocurrida la emergencia, poco y nada fue lo que se problematizó, la atención mediática se perdió, e incluso, dado que por la autoridad saliente no se hizo una transformación estructural de la situación, este año se volvió a vivir episodios de incendios de similares características. Así pues, en las zonas afectadas por los incendios se corre el riesgo de volver a repetir la historia de Valparaíso.
Es posible que en este escenario sean dos las soluciones que se nos ofrezcan. Por una parte, desde la Nueva Mayoría y Chile Vamos no caben dudas de que se fijará la atención en protocolos de crisis, reestructuración de la Conaf en un organismo público y acusaciones de lado a lado que intentarán solapar la real fuente de la degradación socioambiental que atravesamos. Por otro lado, la así llamada izquierda emergente enarbolará las banderas de una necesaria refundación del modelo extractivista, criticando las posibles ampliaciones a los subsidios a privados, ofreciendo una salida política refundacional a partir de un reemplazo de las antiguas élites políticas a través de la elección de cargos de representación.
Quienes por razones de índole política no estamos convencidos de esas soluciones nos vemos en la obligación de dar un salto político que problematice seriamente la crisis socioambiental que nos hunde como pueblo. En ese sentido, vemos tres tareas necesarias al corto y mediano plazo:
1) Incorporar un diagnóstico riguroso de las causas globales que producen crisis como la que se vive actualmente, causas que son eminentemente económicas y políticas. Además, dicho diagnóstico debe ser enfático al señalar que ya no es sostenible la lucha socioambiental a partir de expresiones localizadas o fragmentadas. Menos todavía sólo enfocando los efectos y no los factores de fondo. Ejemplo de lo anterior es que la derogación (actualmente no renovación) del DL 701 ha sido una demanda del Movimiento Social por la Recuperación del Agua y la Vida, sin embargo, debido al carácter hermético y reducido del mismo, recién hoy se empieza a cuestionar dicho cuerpo legal.
2) Establecer redes de solidaridad y coordinación a nivel nacional, que vinculen de manera inmediata a las organizaciones políticas y sociales involucradas en conflictos socioambientales con el fin de que frente a situaciones como las que vivimos con los incendios, lamentablemente con alta probabilidad de volver a repetirse, seamos capaces de dar una respuesta rápida, clara y efectiva, que no espere únicamente las iniciativas de la institucionalidad y ONG’s afines a ella.
3) Que dichas redes tiendan a generan un frente de disputa sectorial, similar a lo que ha sido el ámbito de las pensiones, la educación, salud, género y feminismo, entre otras. Es decir, que los sectores de la denominada izquierda revolucionaria planteen la perspectiva ecosocialista como un horizonte posible de acción transformadora, que tenga capacidad de movilización a nivel nacional, que pueda interpelar y disputar a los grandes poderes políticos y empresariales del país y que pueda presentar un programa político y reivindicaciones concretas que orienten su despliegue. Entendemos que esto no puede ser un mero gesto declamativo, por lo cual se vuelve urgente una orgánica que aúne las diferentes disputas del ámbito socioambiental, que, si bien nace y se impulsa desde espacios de militancia, es decir, organizaciones ya conformadas, tenga capacidad y vocación de extenderse a otros sectores de la sociedad y construir un entramado de agrupaciones sociales y políticas, sindicatos, individualidades, grupos universitarios, centros culturales, etc., que hagan suya la problemática ambiental desde una perspectiva anticapitalista y revolucionaria.
Isaías Urzúa y Juan Paulo Concha, integrantes de Colectivo L



“RATIFICAMOS: La resistencia y movilización permanente de los pueblos y nacionalidades del Abya Yala como legítima y sagrada y como el único camino de construcción del Sumak Kawsay. (..)Nuestro apoyo incondicional a los pueblos afectados por el extractivismo, reconocemos en su lucha la esperanza de abandonar la «civilización extractivista», por la civilización del Sumak Kawsay".



Declaración Encuentro Internacional Agua y Pachamama
9 de febrero de 2017

Nosotros, los pueblos de la Abya Yala Andina, hijos e hijas del cóndor, del quetzal y del águila, nos encontramos en Guapondelig hoy 3 y 4 de febrero del 2017, en un gran abrazo comunitario, junto a académicos, investigadores, científicos, escritores, poetas, artistas, soñadores, criadores de la vida, para defender el agua y la Pachamama.

Durante estos días hemos intercambiado experiencias, reflexionado, debatido y construido propuestas que van a guiar nuestro andar en esta gran Minka por la Vida.
Convidamos a nuestros hermanos y hermanas del continente y del mundo, nuestros acuerdos:

CONSIDERANDO: La dimensión de la devastación ecológica y de nuestro hábitat humano, a consecuencia del modelo civilizatorio/colonial cuyo eje es el mercado y la acumulación de riqueza mal habida de pocos.
  • Que es hora de tomar urgentes medidas para frenar y revertir esta barbarie expresada en el modelo extractivista y particularmente en la minería de gran escala, así como en la ampliación de la frontera petrolera que arrebata los derechos de los pueblos, comunidades y nacionalidades sobre sus territorios y formas ancestrales de vida, violando Derechos Humanos y de la Naturaleza, incluso bajo la forma de servicios ambientales solapados en la figura de programas de conservación.
  • Que el extractivismo profundiza el modelo colonial capitalista, explota y contamina los territorios y los pueblos, causa enfermedad y muerte, somete a las mujeres y desvaloriza su trabajo cotidiano del cuidado de la vida, ignora su participación a la hora de realizar consultas para los proyectos o políticas, genera violencia, femicidios y violaciones.
  • Que el Sumak Kawsay es la vida en armonía entre los seres humanos y la Pachamama de la cual es parte, que el Sumak Kawsay nace de los pueblos andinos como una propuesta universal.
  • Que la agroecología es parte de la soberanía alimentaria y de la cosmovisión del Sumak Kawsay
  • Que el agua es fuente de vida y el acceso a ella constituye un derecho humano, ratificamos la defensa de las fuentes de agua y los ecosistemas, y de sus ciclos vitales, indispensables para la reproducción de la vida.
  • Que la criminalización a personas y organizaciones defensoras de los derechos de las comunidades y de la naturaleza, se ha constituido en una política de Estado, que vulnera los derechos humanos y aquellos establecidos en la Constitución y en instrumentos internacionales.
DECLARAMOS:
  • A nuestra Abya Yala Andina libre de minería metálica a gran escala, del saqueo y depredación.
  • A la intervención territorial y la destrucción que generan las corporaciones mineras como crímenes de Lesa Naturaleza.
  • Nuestra total oposición y resistencia a toda forma de despojo de los territorios, tierras, aguas y fuentes naturales por el modelo colonial/capital/extractivista.
RATIFICAMOS:
  • La resistencia y movilización permanente de los pueblos y nacionalidades del Abya Yala como legítima y sagrada y como el único camino de construcción del Sumak Kawsay. Consecuentemente ratificamos el 12 de Octubre como el Día de la Libertad y Resistencia Continental.
  • Nuestro apoyo incondicional a los pueblos afectados por el extractivismo, reconocemos en su lucha la esperanza de abandonar la “civilización extractivista”, por la civilización del Sumak Kawsay.
  • La gestión comunitaria del agua como garantía para preservar los derechos de la naturaleza, el derecho human al agua y de las comunidades.
  • La importancia y el valor de los conocimientos, saberes, sentires ancestrales y toda su cosmovisión, como parte del acervo científico y cultural de la humanidad.
EXIGIMOS:
  • La inmediata aprobación de Declaración Universal de los Derechos de la Pachamama.
  • El cese de la explotación extractiva, en el Ecuador, los Andes y la Abya Yala. Que se restauren los sitios afectados por la industria extractiva y se devuelva su vocación natural.
  • El Derecho de comunidades a continuar con sus formas de vida y a decidir sobre el destino de sus tierras y territorios aplicando el derecho a la libre determinación.
  • El respeto y aplicación del Consentimiento Previo, Libre e Informado como un derecho irrenunciable, expresión de los derechos colectivos de los pueblos y nacionalidades, cuya decisión debe ser tomada en cuenta y respetada.
  • Poner fin a su complicidad y patrocinio de los gobiernos con los intereses de las empresas extractivistas nacionales y transnacionales, permitiendo la violación de derechos humanos y de la naturaleza.
  • Poner fin a la criminalización de los y las defensoras de la naturaleza.
  • La desprivatización y desconcentración del agua para su redistribución social.
  • Que los gobiernos de las Américas develen las negociaciones sobre Cambio Climático, Biodiversidad y Agua, que encubren la privatización de las funciones de la Naturaleza y apropiación de los territorios.
  • Que los gobiernos prioricen el Buen Vivir de los pueblos, su Soberanía Alimentaria y los Derechos de la Naturaleza.
  • Que las universidades contribuyan a promover el Sumak Kawsay, a través de los encuentros de saberes y prácticas ancestrales, a la producción del conocimiento y la recreación de la ciencia con ética, soberanía y autonomía, libre de los conflictos de intereses de las transnacionales, comprometida con la defensa de la Vida y la Naturaleza.
  • Que los Estados y empresas privadas (bancos, museos, iglesias y otras) resarzan y devuelvan a los pueblos indígenas la producción de sus bienes patrimoniles como los Khipus, objetos ceremoniales, textiles, metalúrgicos y otros y permitan la administración de todos las pertenencias, como legítimos herederos de sus ancestros.
NOS COMPROMETEMOS A:
  • Defender el agua, la vida y radicalizar la resistencia local e internacional. Dejando para el solsticio del 21 de junio del ano colonial 2017 en el Intiy Raymi realizar una marcha desde el sur del Ecuador a su capital para presentar el mandato de los pueblos al nuevo gobierno de Ecuador. Y apoyar toda jornada de resistencia anticapitalista, extractivista y colonial desde sus territorios para globalizar la resistencia.
  • Solidarizar con el pueblo Shuar por la persecución del gobierno de Ecuador, exigir su desmilitarización, se levante el estado de excepción en su territorio y demandar ante organismos de DDHH internacionales para que nunca mas se repita estos actos de violencia colonial.
  • Impulsar acciones para derogar instrumentos jurídicos que facilitan el extractivismo, así como la construcción de hidroeléctricas y otras obras de infraestructura destinadas al saqueo y devastación. Apoyaremos las acciones legítimas de los pueblos para impedir su operación.
  • Rechazar públicamente y de manera contundente el concepto de Servicios Ambientales, que constituye una expresión de la mercantilización de la vida.
  • Promover la aplicación de la Declaración de la ONU sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, y la real aplicación del Convenio 169-OIT, así como de los instrumentos que amparan los derechos colectivos (Territorio, Consulta, Políticas Interculturales, etc.)
  • Solicitar desde los pueblos indígenas y mas organizaciones sociales la visita in situ a los territorios en resistencia de los Relatores de la ONU sobre defensores de derechos humanos, Pueblos Indígenas, Libre Asociación, Derecho Humano al Agua a fin de que constate la situación en que se encuentran las y los defensores de Derechos Humanos y de la Naturaleza.
  • Exhortar a todo los GAD parroquiales, cantonales y provinciales a declarar en sus territorios, sus fuentes de agua, páramos y zonas de biodiversidad libre de minería metálica.
  • Dar seguimiento a las propuestas de este encuentro mediante la realización de eventos regionales, nacionales, locales y provinciales, foros, redes sociales, publicaciones. Exigir la anulación de todas las concesiones mineras sin consentimiento previo en las comunidades por su carácter de ilegítimas y la aplicación del mandato minero en el Ecuador.
  • Desconocer todas las ventas anticipadas de los recursos naturales a nivel nacional y de la Región Andina, recordado que nuestras vidas no están en venta.
Vamos a globalizar la resistencia, en minka a descolonizarnos.
Resistid y la resistencia nos hará libres.
Atentamente las comunidades, organizaciones, colectivos, instituciones, mujeres y hombres de: VIETNAM, BÉLGICA, URUGUAY, BOLIVIA, PERÚ, COLOMBIA, ECUADOR y sus comunidades en Resistencia (Intag/Imbabura;Tundaime/Zamora; San Luis de Pambil/Bolívar: Río Blanco/Azuay: Kimsakocha/Azuay; Fierro Urco/Loja; Pillzhun/Kañar; Mozo /Nabón

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