Ecocidio o
la destrucción sistemática de la vida
3 de mayo de 2017
¿Hasta cuándo el poder de las transnacionales
se llevará puesta la vida, el medio ambiente y la cultura de los
pueblos?; ¿Cómo frenar este plan sistemático de destrucción regido sólo
por la desenfrenada acumulación?
El Primer
Juicio Civil Internacional a la multinacional biotecnológica Monsanto,
dejó a la vista la significativa organización social existente en los 5
continentes para frenar este desquiciado modelo productivo y cambiar de
paradigma. En diálogo con enREDando la abogada y activista Victoria
Dunda, que participó del juicio, explica qué significa la figura de
“Ecocidio” como un crimen de lesa humanidad y el juicio histórico
realizado en La Haya, donde Argentina tuvo una protagónica
participación.
Duele
tener que hablar de ecocidio.
Duele su
magnitud y la necesidad mundial de tipificar este delito de lesa
humanidad, no tan nuevo pero globalizado, que ha llevado a la
destrucción de nuestro propio hábitat, de la casa común que nos cobija
indistintamente.
Duele
porque a través de esta figura jurídica queda a la vista el histórico
desprecio al perfecto sistema que posibilita la vida del ser humano,
entre otras millones de especies, dentro del planeta.
Desde una
perspectiva latinoamericana, vale recordar que desde que los
conquistadores españoles comenzaron a expoliar nuestro continente, “Abya
Yala” para los primeros pueblos de estas tierras, los ecosistemas no han
tenido respiro, el mentado “desarrollo” se ha sostenido sobre una misma
matriz de saqueo y desguace de la Madre Tierra.
Al día de
hoy nuestros países siguen exportando naturaleza, seguimos proveyendo
materias primas a los países del “primer mundo”, somos campeones en la
exportación de commodities. Se llama commodities o materias primas a los
bienes transables en el mercado de valores: los hay de carácter
energético (petróleo, carbón, gas natural), de metales y de alimentos o
insumos (soja, trigo, maíz).
Pero los
pueblos también saben decir basta.
Como ha
sucedido a lo largo de la historia, los avances y transformaciones
reales en materia de derechos y defensa de la vida, se entretejen desde
abajo. Es a fuerza de la obstinada lucha de las comunidades que logran
frenarse megaproyectos extractivos y la permanente depredación de los
bienes comunes. Son las víctimas del actual sistema económico productivo
(extractivista / agroindustrial) quienes están poniendo en agenda este
tema urgente e insoslayable.
Y fue por
impulso de la sociedad civil organizada, que por primera vez en la
historia a través del El Tribunal Internacional a Monsanto (TIM), logró
denunciarse pública y mundialmente la obscena brecha entre la
legislación internacional de derechos humanos y ambientales, y la
legislación internacional de comercio e inversión.
El TIM,
constituido como tribunal de opinión (sin competencia jurídica), fue
creado para “aclarar las obligaciones legales y consecuencias de algunas
de las actividades de la compañía Monsanto”. Entre las referentes
mundiales más visibles de esta iniciativa que tuvo lugar en los
tribunales de La Haya en octubre de 2016, se encuentran la investigadora
y periodista francesa Marie-Monique Robin y la filósofa y escritora
india, pionera del movimiento ecofeminista, Vandana Shiva.
En el
marco del juicio, el Tribunal integrado por 5 prestigiosos jueces, entre
ellos, la argentina Eleonora Lamm, subdirectora de derechos humanos de
la Suprema Corte de Mendoza, escuchó las denuncias de 30 testigos de
todo el mundo y se comprometió a evaluar los hechos que se recriminan a
la empresa Monsanto y juzgar los daños causados por la multinacional en
virtud del derecho internacional vigente.
El
dictamen de los jueces se dio a conocer el 18
de abril, entre las conclusiones más relevantes se dictaminó que la
multinacional es responsable de violar derechos en salud, ambiente y
propiedad, y de entorpecer la libre investigación científica de estos
temas. Uno de los reclamos prioritarios fue la introducción del delito
de “ecocidio” dentro de la jurisprudencia internacional, para litigar en
función de este crimen de lesa humanidad.En
diálogo con enREDando, la abogada y activista Victoria Dunda, referente
de la Red de Pueblos Fumigados que estuvo en La Haya, nos ayuda a
comprender qué significa la figura de “Ecocidio” como un crimen de lesa
humanidad y el juicio histórico realizado en La Haya:
-
Desde el Tribunal se pidió incorporar el delito de ecocidio dentro del
Estatuto de Roma, el concepto tiene que ver con todas aquellas
destrucciones que se hagan sobre el ambiente en forma general, o se
desequilibren los efectos o beneficios ambientales que generan los
ecosistemas, que sea en forma masiva.
- El
concepto ha tenido varias transformaciones, por un lado el primer
biólogo que habla de esto, que es el creador de alguna manera del agente
naranja, termina diciendo que es imprescindible legislar sobre el delito
de ecocidio por la masividad de las cosas que se estaban poniendo en el
mercado, y de la magnitud que contenían y el tema de la guerra química
aplicada en Vietnam. Plantea esta destrucción masiva sobre los ambientes
y todo tipo de vida, tanto humana como no humana. Pero implicaba a quien
tuviera intención de hacer ese daño.
Hoy el
concepto se amplía, haya o no intención, los efectos masivos que se
pueden producir en el ambiente prolongadamente, ya genera un delito de
ecocidio y tendría que estar planteado así. La opinión del Tribunal
Internacional Monsanto es con respecto a que se incorpore esta figura
penal dentro del derecho penal internacional. El Estatuto de Roma tiene
tipificado el delito de genocidio, el delito de lesa humanidad y el
delito de guerra. Entonces, estamos pidiendo que se incorpore en esa
nominación de delitos, el de ecocidio.
- ¿Qué
nos queda después del dictamen del Tribunal?
-
Muchísimo, primeramente el camino andado, de llegar hasta acá. Estos
tribunales, si bien no son judiciales y no tienen competencia a nivel
vinculante de su sentencia, sí son opiniones mundiales de la sociedad
civil, que tiene la necesidad de salir a cubrir una falencia dentro de
los Estados por connivencia o por omisión, sobre cuestiones que son
fundamentales en la vida de los Derechos Humanos. Esto es insoslayable.
Argentina
había tenido un tribunal en el año 2010 contra las multinacionales y
transnacionales, dentro del esquema del Estado. Eso fue presentado en el
TIM como prueba de lo que habíamos decidido éticamente en Argentina en
su momento.
Por otro
lado, muchas vicisitudes acerca de cuál es límite que hay que poner con
respecto al límite de las transnacionales sobre los derechos humanos y
sobre el ambiente, establece que el derecho al ambiente es fundamental y
sostenedor para que se cumplan todos los otros derechos. No hay vida sin
un ambiente sano, no hay desarrollo ni dignidad sin salud, sin ambiente
y demás. Así que plasma esas cualidades que ya estaban en el Convenio
Estocolmo en 1972, pero las vuelve a declarar.
Desde lo
jurídico nos deja fuertes antecedentes, y principalmente, el poder que
tenemos que tener los ciudadanos ejerciendo la democracia, como
construcción indivisible, que le está diciendo a la comunidad mundial
que hay que poner un límite con respecto a las empresas transnacionales,
a los derechos de las transnacionales, los derechos empresarios no
pueden ir en contra del derecho a la vida, a la salud y al ambiente,
porque iríamos en un camino de -autodestrucción –en el que estamos,
precisamente- y que es preciso salir con responsabilidad y con
conciencia, apuntamos a eso y creo que es fundamental el Tribunal
Monsanto.
-
Además de la presentación de los testimonios, nuestro país presentó un
informe/ documento elaborado por organizaciones y profesionales de
distintos puntos del país…
- Sí,
Argentina participó con 6 testimonios orales, 4 dentro del Tribunal y 2
en la Asamblea de los Pueblos, con testimonios
presenciales. Asimismo,
nuestro país presentó un documento que fue elaborado por las
organizaciones sociales, que presentaron todos los testimonios con todo
lo que se viene diciendo sobre los efectos que tiene este modelo para la
Argentina, tanto en la salud como del ambiente. Una recopilación que se
hizo con todos los estudios científicos, tiene un anexo específico sobre
el glifosato, mayoritariamente son estudios de la UNL, de la Universidad
de Rio Cuarto, de la UBA, que reflejan la realidad de nuestros pueblos y
de nuestros ecosistemas.
Los
testimonios de Andrés Carrasco, de Damián Marino, de las escuelas
fumigadas, de los niños a través de sus dibujos, de las maestros.
Presentamos un informe muy interesante que como material jurídico
también es importante, donde las comunidades y organizaciones argentinas
también se hicieron voz a través de ese escrito. Así que fuimos con muy
buena representación, por un lado está bueno y por otro, es triste tener
que replicar tantas cosas para que entiendan los propios y los ajenos
qué estamos viviendo con este modelo.
-
¿Qué es lo que más te llamó la atención al escuchar los testimonios?
- Que se
replicara este modelo en todas las partes del mundo que se expresaron
ahí, cada continente tenía representantes que demostraban cómo Monsanto
sistemática y estratégicamente iba actuando. Eso fue muy impresionante
para mí, porque uno lo ve acá pero no cree que sea tan grande, pero lo
es y está pensado y es sistemático.
La
vulnerabilidad de los pueblos en cuanto a la destrucción del ambiente, y
una gran responsabilidad social y civil para seguir adelante en esto,
que implica cambiar sujetos, cambiar sociedades, formas de vida y
estructuras. En este camino en que estamos todos de alguna manera.
También,
la calidad de la gente, los científicos que han sido atacados, como les
costaba en esta dualidad de estar por un lado convencidos de lo que
hacen y prueban en sus laboratorios, y por otro no poder decirlo o
comprometerse abiertamente porque son perseguidos, sobornados,
cuestionados gravemente. El proceder de las multinacionales dentro de la
comunidad científica.
Y por
otro lado me llenó de satisfacción confirmar que desde la sociedad civil
tenemos herramientas, que nos han dado anteriormente otras luchas, y que
eso lo podemos seguir llevando adelante y poner en la opinión pública lo
que nos pasa en este sentido.
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