Consideremos, por
último, la Nueva
publicación de La Vía
Campesina , lanzada en el marco del Día Mundial de la Soberanía Alimentaria
contra las Transnacionales, con el objetivo de fortalecer la convergencia de
las luchas que expresa:
Las luchas, las
estrategias de lucha y los conceptos han tenido muchos cambios en La
Vía Campesina como resultado del contexto actual por un lado, pero
también como resultado de los procesos colectivos, de una construcción desde
las bases en los territorios con alta diversidad histórica, cultural, política
y económica. En este sentido, queda claro que la reforma agraria integral y
popular es entendida como un proceso para la construcción de la Soberanía Alimentaria
y la dignidad de los pueblos.
Partiendo de este marco
conceptual en el que la reforma agraria se plantea como defensa y
recuperación del territorio para la Soberanía Alimentaria así como
un proceso de los pueblos. (…)
Conclusiones
El intercambio de
experiencias, el diálogo de saberes, el análisis colectivo y los estudios al
respecto han dejado cada vez más clara la verdadera extensión de la
profundización del capital en el campo y en la ciudad, como parte de un
paradigma del crecimiento continuo. Las consecuencias del creciente
apoderamiento de una alianza de actores sobre el sistema agrario y alimentario
muestran que existe una profunda contradicción entre los intereses del capital
y la posibilidad de una alimentación sana y nutritiva, la reproducción de la
humanidad, los derechos humanos y el cuidado de la Madre Tierra. No
son experiencias aisladas sino una consecuencia directa de marcos políticos y
estructurales globales, presentadas en esta publicación. ¿Cómo conseguimos el
cambio que deseamos en un mundo con tan fuertes asimetrías de poder?
¡Visionamos, defendemos y construimos una fuerte alianza entre los pueblos
organizaciones, movimientos y personas, del campo y de la ciudad, que sean
capaces de lograr esta correlación de fuerzas necesaria! Estamos construyendo
territorios populares en los lugares donde se producen alimentos sanos en
armonía con la naturaleza usando la agroecología y las prácticas y
conocimientos populares y ancestrales con los que alimentamos al mundo, y donde
las tierras, las aguas y las semillas son bienes de la humanidad en función de
la alimentación de las sociedades y la protección de la naturaleza, con una
economía social y solidaria que pone la vida digna de los pueblos por encima de
los intereses de unos pocos. Donde existen relaciones sociales sin opresión
patriarcal, racista y de clases, donde se combaten la pobreza, la miseria y de
la migración forzada y donde existe una democratización de las decisiones
políticas. ¡La alimentación sana y nutritiva es una lucha de todas y todos en
el campo y en la sociedad, para luchar contra el sistema hegemónico que pone el
control de la alimentación de los pueblos en manos de corporaciones
transnacionales! La lucha por un sistema agrario y alimentario en manos de los
pueblos, ¿no es al final una lucha contra el mismo paradigma de permanente
crecimiento que está generando una desigualdad cada vez más extrema y la
destrucción de la naturaleza? ¿No es acaso este paradigma el que genera trabajo
precario y en el que se descartan los derechos laborales en nombre de la
“competencia global”? ¿El que está encareciendo la vivienda en las ciudades,
que expulsan a las personas con menos recursos a las afueras de las ciudades?
¿El que impulsa cada vez más sistemas de transporte que nos dejan sin aire
limpio para respirar y que destruyen el clima? ¿Que refuerza un consumo
incansable que ha generado sociedades de derroche en los países del norte, y el
que su vez es un motor fuerte para el avance de la extracción de los recursos
primarios en los países del Sur? ¿Que refuerza la privatización de los sistemas
sociales y su entrega a los manos de los bancos y los seguros, que han generado
esta exorbitante concentración de capital, motor para los acaparamientos? ¿El
que fomenta la creciente privatización de los espacios públicos y de los
servicios de las necesidades básicas, como el agua potable, la gestión de
residuos, la educación y la salud? Entendemos que aunque los mecanismos son
diferentes en cada territorio, ya sea en las ciudades o en el campo, estos son
parte del mismo paradigma que ha avanzado hacia todos los rincones del planeta
y que pretende someter todos los aspectos de la vida bajo las reglas del
mercado en el interés de unos pocos. Es por esto que la bandera de la reforma
agraria integral y popular en el marco de la soberanía alimentaria no es sólo
una lucha de las organizaciones campesinas sino una lucha para todos los
pueblos. ¡Visionamos una Convergencia de nuestras luchas en el campo y en las
ciudades para construir sociedades del buen vivir para todos los pueblos en
armonía con la naturaleza!
Descargue el documento a continuación:
No hay comentarios:
Publicar un comentario