La otra cara de Río
+ 20
Erwin Kräutler (1): "Lula y Dilma
son depredadores de la Amazonia"
14 de junio de 2012
Erwin
Kräutler, el legendario obispo del Xingu, amenazado de muerte y bajo custodia
policial hace seis años, afirma que el PT (Partido dos Trabalhadores) traicionó
a los pueblos de la Amazonia y a la causa del medio ambiente. Él también afirma
que el proyecto hidroeléctrico Belo Monte provocará la destrucción del Xingu y
el genocidio de las etnias indígenas que habitan la región desde hace siglos.
Desde hace 47 años en el epicentro de la guerra menos silenciosa e invisible
trabada en la Amazonia, Don Erwin Kräutler es una voz poderosa en la historia
de Brasil.
Por Urgente24
Ciudad de Buenos Aires (Urgente24). La
represa de Belo Monte es una central hidroeléctrica que se está construyendo en
el río Xingú en el estado de Pará, Brasil. La capacidad instalada planeada para
la represa será de 11.000 MW, por lo que será la 2da. mayor hidroeléctrica
brasileña (después de la
gigantesca Itaipú , de 14.000 MW), y la N°3 detrás de Tres
Gargantas (China), representando 11% de la potencia instalada de Brasil. El
proyecto está siendo desarrollado por la compañía eléctrica estatal
Eletronorte.
La oposición al proyecto tiene como
íconos al jefe indio Raoni, al cantante Sting, al director cinematográfico
James Cameron, y al histórico obispo del Xingu, Erwin Kräutler.
El proyecto es criticado por
organizaciones ambientalistas y de derechos humanos como Survival
International, pues anegaría una extensa área de tierra, destruiría la selva y
reduciría las reservas de peces imprescindibles para la supervivencia de
distintos pueblos indígenas de la zona, como los kayapó, arara, juruna,
araweté, xikrin, asurini y parakanã. También se dice que para ser viable, la
represa de Belo Monte necesitaría de otras represas aguas arriba para
garantizar un año de flujo circulante de agua, lo que significaría la
inundación de más bosques.
Un primer proyecto
de construcción de la represa de Belo Monte fue abandonada en la década de
1990, debido a protestas internacionales y nacionales. Pero tanto Luiz Inácio
Lula da Silva como Dilma Rousseff han demostrado su intención de continuar con
el proyecto.
El obispo
El lunes 04/06, un hombre corpulento con
una cálida sonrisa y el cabello blanco, subió a un avión con destino a Brasil.
En verdad, a la Amazonia, que es bastante más que Brasil porque es una causa en
sí misma. La selva amazónica es el bosque tropical más extenso del mundo: 6
millones de km2 repartidos entre 9 países, de los cuales Brasil y
Perú poseen la mayor extensión, seguidos por Colombia, Bolivia, Ecuador,
Guyana, Venezuela, Surinam y la Guayana Francesa.
Ecorregión de enorme biodiversidad, se encuentra en
peligro.
Después de 40 días en Austria, su país
natal, Erwin Kräutler regresó al Xingu, la zona regada por el largo río
amazónico Xingu, uno de los mayores afluentes de la vertiente meridional del
río Amazonas, que corre por los estados de Mato Grosso y Pará.
Precisamente él vive en Altamira, un
municipio del estado de Pará.
Erwin Kräutler le dijo a la periodista Elina Brum, que lo entrevistó para
el semanario Época (Globo) que era todavía joven y tropezaba con el portugués, cuando
descubrió asombrado que el río Rin, es "un arroyo en comparación con el
Xingu".
A los casi 73 años, Erwin suspira de
nostalgia por el Xingu. Cada año, él visita 15 parroquias del Xingu. Duerme en
barco o en hamaca, respeta la dieta local, a base de pescado en el almuerzo y
cena, de lunes a lunes. Él había ido a Austria a buscar recursos para proyectos
sociales en la Amazonia.
Al regresar a Brasil, lo recibió su escolta: desde hace 6
años que el obispo del Xingu, no da un paso en Brasil sin la compañía de 4
policías que se turnan para proteger su vida.
Erwin, quien habla tan bien griego como
el lenguaje de los Kayapó, recibió y luego enterró a la misionera asesinada
Dorothy Stang; hoy dia él vive en la mira de hombres armados, contratados por
la élite de Pará para silenciar una voz que hace casi medio siglo defiende a
los pobres y vulnerables indígenas, acechados por los depredadores de la
Amazonia.
Él ha escrito con rara coherencia, un
capítulo crucial de la historia de la Iglesia Católica ,
especialmente los religiosos vinculadas a la Teología de la Liberación y a las
comunidades eclesiales de base, en la protección de los pueblos de los bosques
-y de la propia
Amazonia-.
La mayoría de las etnias indígenas y de
las comunidades amazónicas que conquistaron derechos y tierras en las últimas
décadas debe al menos una parte de su organización a los sectores más
progresistas de la
Iglesia Católica.
Desde que Luiz
Inácio Lula da Silva, y ahora Dilma Rousseff, decidieron ejecutar el proyecto
hidroeléctrico Belo Monte, el obispo del Xingu ha sido una oposición
implacable. Así, él se convirtió en una presencia incómoda para sectores del
gobierno y del PT que en el pasado le concedió su apoyo, y ahora recibe el
reclamo, cargado por la enorme reputación de un obispo que mantiene la
coherencia desde la dictadura militar al presente, en una de las regiones más
conflictivas de Brasil. Él ayudó a escribir los artículos de la Constitución de
Brasil de 1988 que garantizan los derechos indígenas y dice lo que piensa: dice
que el PT es "traidor", que algunas petistas son "fanáticos religiosos",
que Lula y Dilma implementaron una "dictadura civil" al "hacer caso omiso de los derechos de los pueblos indígenas
afirmados en la Constitución". Y que Lula pasará a la historia
como "el Presidente que destruyó la Amazonia y
dio el golpe en los pueblos indígenas".
Justo en estos días, el gobierno de
Brasil celebra la reunión
Río + 20, y por eso es interesante la entrevista de 3 horas
de conversación que hizo Eliane Brum.
Urgente24 eligió comenzar por el final de la entrevista:
-¿Cree usted que la
construcción de Belo Monte, marcará negativamente la biografía de Lula y
Rousseff?
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-Si Belo Monte se concreta, Lula será
recordado como aquel que destruyó la Amazonía, y golpeó a los pueblos
indígenas. Es la expresión más macabra de su orgullo: hacer un monumento de sí
mismo a costa de las pueblos que, a través del mismo monumento, condenó a
muerte. Y en el fondo, este monumento ayudará más a extranjeros que a Brasil.
Lula pasará a la historia como el que devastó el Xingu. No sólo el río, sino
con los pueblos del río Xingu. Y a mí no me gustaría cargar una reputación como
esa en mi espalda hasta que me muera - y más allá de mi vida en este mundo.
-¿Qué quiere decir con
"monumento"?
-Lula quiere tener ese monumento en su nombre.
Lula no tiene ni idea de desarrollo. Desarrollo para él es tener más dinero disponible
y exportar, exportar, exportar, aumentar el PIB. Solo que esa obra no hará eco
en la mejora de las vidas de las personas. Al contrario.
-¿Cree entonces que Lula no entiende la
Amazonía?
-Nunca la entendió. Y mucho
menos entiende de indios. Él nunca se molestó en profundizar sobre eso.
Para Amazonia, sólo vino estando en campaña. Pero no tiene idea de la
complejidad de la Amazonia y tampoco nunca nadie le preguntó... No se puede
comparar Rio Grande do Sul y Pará Cuando visito el sur, me dicen: "Pero
¿usted dónde vive?". Yo respondo: "Altamira". Entonces dicen:
"Ah, sí, ¿Altamira? Nosotros también tenemos una tía en Recife".
Recife. La gente realmente no sabe dónde está el Norte. Lo confunden con el
noreste. Las culturas aborígenes del lugar y las culturas indígenas son
diferentes. Y se necesitar vivir aquí para entender eso. Lula nunca lo entendió
- y nunca pensé que era necesario entenderlo. Y al final de su mandato, comenzó
el delirio.
-¿Delirio?
-Delirio. Poder. Se deleitaba con las cifras,
con las estadísticas. Aquí mismo dijo pavadas.
-¿Pavadas?
-Dijo que las personas que están en contra de
Belo Monte son unos "chicos y chicas que no entienden". Él dijo,
también, que cuando era más joven, estaba en contra de Itaipu, porque decían,
en ese momento, que inundaría la Argentina. Él se burló de el dolor y las
demandas legítimas de la gente de Altamira con ideas y experiencias diferentes
de las suyas. Yo dije, escuchando el discurso de él: "Dios mío, ¡eso en
boca del Presidente!".
-¿Descalificando a quien protestaba?
–Los descalificó. En el año 2006 en un
banquete ofrecido por el entonces gobernador de Mato Grosso, Blairo Maggi,
ganador del premio "Motosierra de Oro" por su contribución a la
deforestación del país, Lula también había llevado una declaración
comprometedora. Identificó a los indígenas, a los quilombolas, a los
ambientalistas y hasta a la Fiscalía como "obstáculos" para el
progreso. Asimismo, consideró "colgantes" a los artículos de la
legislación ambiental, ya que estos parámetros legales estarían trabando el
desarrollo del país. Así que la orden es la no de no tener en cuenta o al menos
no darle mucha importancia a los impactos sociales y ambientales. De lo
contrario el país, de acuerdo con Lula, estaría condenada al estancamiento.
Puede ser que el presidente se haya arrepentido posteriormente de lo dicho en
forma improvisada, pero los medios ya habían informado de la metida de
pata.
-¿Cómo ve el discurso "La Amazonia es
nuestra", que parece servir para todo, incluso para destruirla?
-La Amazonia es nuestra... (Risas) Nunca nadie
puso en duda la soberanía de Brasil sobre el Amazonas. ¿Quién lo duda? Quién va
a creer en algo así como: "Ahora vienen unos estadunidenses a
apoderarse...." No tiene ningún sentido. Eso no sucederá. ¿Quién ve, en
sana conciencia, la configuración del mundo de hoy sabe que eso nunca sucederá.
Ahora, el mismo Lula y anteriores presidentes que dijeron "La Amazonia es
nuestra" se la entregaron a las multinacionales que mandan aquí. ¿De dónde
vienen todas esas firmas? Son todas las multinacionales. Tiene su parte
brasileña, sin duda. Es necesario tener nombre brasileño, pero el capital...
-Pero ese discurso xenófobo suele funcionar,
¿verdad? Transforma un otro hipotético en enemigo más grande y quita el foco de
lo que realmente está en juego ... Lo vemos en todas partes, inclusive con
nuestros vecinos...
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-Sí, el nacionalismo es una bestia, ya
conocemos la historia. ¿Y qué ocurrió? El nacionalismo es malo, siempre lleva
al pueblo la aversión sobre lo que es de afuera. Deteriora toda la relación,
porque el mensaje es: "Nosotros somos los tales, los demás no son
nada". Incluso se quejan de ello, a veces, cuando andamos por ahí en otros
países de América Latina. Recuerdo una reunión a la que asistí en la que todos
tenían que presentarse. Yo dije: "soy el obispo de la Circunscripción
eclesiástica más grande de Brasil", El Xingu es la más grande prelatura de
Brasil y pensé que era importante decirlo, para que entendieran de dónde vengo.
Pero me miraron con cierto desdén y dijeron:(Textual en
castellano) "En
Brasil, todo es lo más grande". Los países latinoamericanos tienen
un fuerte rechazo al imperialismo brasileño.
-¿Es como si Brasil fuera "el Estados
Unidos de América del Sur", verdad? Escucho esa frase por donde
camino...
-Guardé silencio y no dije nada más. Así que
sí, dentro de Brasil, creamos ese tipo de xenofobia, debemos darnos cuenta de
que eso es de hace mucho tiempo, pertenece a un período histórico superado.
Tenemos que cambiar nuestra cabeza para estar a la altura de este nuevo momento
histórico. En un mundo que se dice globalizado no se puede vivir de esa manera.
¿Por qué no hermanarnos realmente? Aquí en Brasil gritamos nuestro disgusto
contra el extranjero y cuando el brasileño va a otro lugar, siente lo mismo.
-Usted vivió en la Amazonia el proyecto de la
dictadura militar, la mentalidad del "Brasil Grande". ¿Encuentra
similitudes entre el proyecto de desarrollo del Amazonia de la dictadura y el
proyecto de desarrollo del Amazonas de los gobiernos democráticos de Lula y
Dilma?
-Sí. Para mí, la única diferencia es la
siguiente: hoy tenemos una dictadura civil... Electa.
-¿Por qué una dictadura?
-Dictadura es cuando alguien manda sin
respetar la Constitución: "Quien manda soy yo". El paradigma es Belo
Monte. Contrariamente a lo que Lula afirmó, es un proyecto impuesto. Las
audiencias públicas previstas por la ley, eran meros rituales de fachada. Se
montó un enorme aparato policial para intimidar a quienes están en contra de
Belo Monte. Los que realmente se verán afectados por la represa no tuvieron
oportunidad de manifestarse. La mayoría de ellos ni siquiera logró hacerse
presente, porque no vive en la ciudad donde tuvo lugar la audiencia. Mantengo
hasta ahora la creencia de que las licencias concedidas para el inicio de obra
son inconstitucionales. Las cláusulas previamente establecidas por el gobierno
a través del IBAMA (Instituto Brasileiro do Meio Ambiente e dos Recursos
Naturais Renováveis), como ya dije, no se cumplieron. El caos en la localidad Altamira
es la prueba más elocuente de que el gobierno no respetó a una ciudad con más
de 100.000 habitantes, tratándola como el basurero del mundo. Los parámetros
constitucionales que aparan a los ciudadanos en términos de salud,
educación, saneamiento, vivienda, seguridad, transporte, simplemente no fueron
y no están siendo respetados. Y el gobierno lo pasa por alto. No le importa. Y
encima hay políticos que con la mayor cara de piedra, dice que es el precio a
pagar por el progreso. La verdad es que ni él ni su familia lo pagan. Es Pará
que continúa siendo tratado como "colonia", explotado y degradado,
condenado a pagar en términos ambientales y de daños por su pueblo, un precio
desorbitante por el "progreso" del resto de Brasil.
-¿Cómo es los presidentes Lula y Dilma no
habrían cumplido con la Constitución?
–Los artículos 231 y 232 de la Carta Magna de Brasil,
se trata el tema de los indígenas, y están siendo ignorados. Las audiencias
previstas en la legislación no ocurrieron. Incluso podemos probar que los
indios fueron engañados. Se les prometieron audiencias y luego maquillaron de
"audiencia" una reunión informal, en la que los indios fueron meros
oyentes y en ningún momento se les pidió opinión. ¡Mala fe! ¡Decepción! ¡Poca
vergüenza! Si el gobierno toma posiciones que son incompatibles con la
Constitución, entonces el Brasil, como estado democrático y de derecho, está en
grave peligro. El gobierno no está por encima de la Constitución. Si
el gobierno se comporta en forma inconstitucional, estamos viviendo nuevamente
en una dictadura.
-Edison Lobão, ministro de
Minas y Energía, habló de "fuerzas demoníacas contra las represas". Y
Ud. ya se refirió a Belo Monte como "monstruosidad apocalíptica".
Cuando se refiere a "monstruosidad apocalíptica" ¿qué está diciendo
exactamente?
–Demoníacas son las fuerzas que emplea Lobão
para arrasar con el río Xingu. La destrucción no es de Dios. Y Lobão habla sin
saber nada de aquí. Yo nunca lo vi aquí. Desde el Planalto se deciden las cosas.
Por cierto, ésta es nuestra triste situación aquí en la Amazonía.
Las decisiones siempre se toman en otros
lugares, sin conocer nuestra realidad, sin pedir nada a nadie. Nuestro Pará y
Amazonas están siendo tratadas como una provincia. Anteriormente Brasil era una
"colonia". La metrópoli era Lisboa. Hoy la metrópoli pueden ser Sao
Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Porto Alegre... Y nos tratan como una
colonia. Carajás es el caso más emblemático: luego de la puesta en marcha del
mineral, lo que queda es un paisaje de cráteres lunares. Cuando la referencia
es la riqueza natural, se dice en voz alta:. "La Amazonia es
nuestra." Por el contrario, cuando el Amazonas necesita la colaboración
eficaz, la solidaridad, tenemos la impresión de que no pertenece a Brasil, es
otro país. Son 2 discursos contradictorios. "La Amazonia es nuestra",
pero en la práctica no es nuestra; sólo es nuestra cuando necesitamos los
recursos...
Fuente: https://archivo.urgente24.com/200604-erwin-kraeutler-1-lula-y-dilma-son-depredadores-de-la-amazonia
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