“Espero
que la salud pública pueda triunfar sobre el capitalismo”
31 de marzo de 2020
Claudio Katz es economista,
investigador del Conicet, profesor de la UBA y miembro de Economistas de
Izquierda (EDI) dialogó con El Círculo Rojo, un programa de 31 de marzo de 2020
Me parece que estamos en presencia de una calamidad natural potenciada por el capitalismo contemporáneo. Ya esperábamos que ocurriera algo así como consecuencia del cambio climático, el calentamiento global, las incontrolables inundaciones, incendios o sequías. Pero finalmente irrumpió el coronavirus, con su arrasadora secuela de contagios masivos. Lo impactante no es el número de fallecidos, sino el inmenso universo de personas confinadas en sus hogares. Es un experimento social inédito.
Considero importante subrayar que no estamos frente a una guerra. No hay ejércitos, batallas, ni bombardeos. En la guerra se destruyen vidas humanas y en las catástrofes predomina lo inverso que es
La caracterización de una calamidad natural bajo el capitalismo, también destaca que no afrontamos sólo una crisis económica. A diferencia del 2008, ahora el epicentro del problema no son las finanzas. La pandemia impacta sobre todo el sistema. (...)
¿Cuál es tu evaluación de las consecuencias de pandemia sobre los movimientos populares?
Es evidente que el coronavirus ha generado efectos muy adversos sobre las organizaciones populares. No sólo desarticula su funcionamiento, impide la deliberación y las asambleas, sino que especialmente anula las movilizaciones. Con las calles vacías se ha obturado el principal canal de las protestas.
También es negativo el miedo. Impera una psicosis de la peste que debilita las conductas racionales. Los medios de comunicación han instalado una “infodemia”, con el imperio de la hipertelevisión en el enclaustramiento. Potencian los temores, obstruyen la reflexión y silencian la responsabilidad del capitalismo.
Además, es muy
visible el peligro de militarización, no sólo por la presencia de los gendarmes
controlando las calles. Con el pretexto de supervisar
las pruebas y asegurar el distanciamiento social se está materializando un
enorme avance de la vigilancia informática. Pero el problema es más complejo,
puesto que una pandemia exige el cumplimiento estricto de normas para impedir
los contagios. Hay que ser muy cuidadoso en la evaluación de los hechos, para
distinguir los atropellos policiales de la protección de la salud pública. No
corresponde la simple justificación de los gendarmes, ni la reivindicación de
un liberalismo ingenuo, que es incompatible con las situaciones sanitarias de
excepción.
Dicho eso, me parece indispensable registrar los elementos positivos del nuevo escenario. Hay que evitar un sesgado pesimismo que presupone el inexorable desemboque totalitario del contexto actual. Ciertamente es un peligro, pero no constituye un devenir inevitable. Hay que notar, ante todo, la significativa revalorización de la salud pública por parte de
¿Pero con qué tipo de propuestas?
Ya están circulando varios programas de distintos movimientos populares con muchas iniciativas. Todos comparten un planteo mundialista. Desde el momento que la pandemia y la crisis son globales, las respuestas sólo pueden prosperar en el mismo plano. Ese perfil mundial retoma la tradición de los foros sociales de la década pasada y de dos movimientos -el feminismo y el ecologismo- que actúan en el orden planetario.
Todos los
programas enfatizan, ante todo, la necesidad de garantizar la cuarentena y la
vida de la
población. Resaltan la imperiosa urgencia de las pruebas al
mayor número de personas, para actuar con eficacia en la contención del
contagio. También postulan medidas de centralización, intervención o
nacionalización de la actividad sanitaria y la supresión de la propiedad
intelectual en el campo de la medicina. Convocan a recaudar recursos con
impuestos a las grandes fortunas y a condonar las deudas de la periferia. Propician ,
además, la suspensión de los desalojos y la introducción de un ingreso
universal significativo.
Fuente: https://www.anred.org/2020/03/31/espero-que-la-salud-publica-pueda-triunfar-sobre-el-
capitalismo/
Qué cuestiono de este enfoque
Ya desde el título de su
nota, Claudio Katz sugiere que tengamos, les diverses de abajo, una actitud
pasiva y confiada en que la actual emergencia social e internacional sea
resuelta por quienes tienen responsabilidades propias a sus cargos públicos y a
sus profesiones. Nos transmite su esperar que “la” salud pública triunfe. Esto
lo comprobamos, además, cuando refuerza discursos del bloque dominante.
Citemos: 1) Pero la lectura meramente
económica es insuficiente en este caso, porque el escenario también dependerá
de la aparición de alguna vacuna o tratamiento efectivo”. 2) Me parece indispensable registrar los
elementos positivos del nuevo escenario. Hay que evitar un sesgado pesimismo
que presupone el inexorable desemboque totalitario del contexto actual.
En la nota predomina un
lenguaje que:
-Abstrae la “salud pública” de
sus actores o autores, contextos, significados y sentidos implícitos y sobre
todo ignora que no existe sin política y medicina social. Si casi la mitad de
la población está expulsada de condiciones dignas de vida y trabajo, tampoco
hay garantía de salud para quienes podemos quedarnos en nuestra vivienda,
alimentarnos bien, tener agua potable, poder acceder al hospital, etc.
-Denomina mal y por
consiguiente no esclarece al caracterizar: estamos
en presencia de una calamidad natural potenciada por el capitalismo
contemporáneo. Es una falsedad de fácil penetración en las mayorías porque
coincide con el sentido común inculcado para no cuestionar al capitalismo y más
aún resignarse ante la supuesta fatalidad. Ni es calamidad natural ni el
capitalismo sólo la
potencia. Creo clave desarrollar estas aclaraciones para
facilitar una toma de partido de una creciente mayoría respecto al modo
capitalista de producción y desarrollo
-Se desentiende de que son
consecuencias del modo capitalista de producción y aún peor, las mezcla nivelando
a todas y de tal suerte que aparecen como propias de la naturaleza o sea
encubre al sistema: Ya esperábamos que
ocurriera algo así como consecuencia del cambio climático, el calentamiento
global, las incontrolables inundaciones, incendios o sequías. Usa lenguaje
eufemístico cuando denomina cambio climático a la crisis o emergencia climática
que es consecuencia de la emergencia ecológica y la social a causa del modo
capitalista de producción.
-Refuerza justificaciones
gubernamentales desconociendo la historia argentina y la contemporaneidad
mundial: “Hay que ser muy cuidadoso en la
evaluación de los hechos, para distinguir los atropellos policiales de la protección
de la salud pública”.
-Aborda de manera imprecisa caminos de ruptura anticapitalista. Por ejemplo dice
“el” feminismo y “el” ecologismo como si fuesen únicos respectivamente y sin
diferenciar dentro de cada uno los que son real y efectivamente emancipatorios.
En la nota hay enfoques
adversos al sentipensar crítico de una creciente mayoría abajo y a sus praxis
rumbeando a cambios radicales. En efecto:
-La abstracta “salud pública
puede triunfar sobre el capitalismo”. Echa mano del pensamiento mágico que el
sistema cultiva desde las religiones, los grandes medios de difusión, el
kirchnerismo, etc.
-La siguiente concatenación
coincide con la manipulación progresista de la opinión pública para que deje de
lado comprobaciones-experiencias suyas, acepte qué le dicen los mandamás o los
prestigiosos, no cuestione las medidas gubernamentales,
también para que delegue el poder deliberativo y desconfíe de capacidades de
los de abajo: “Con el pretexto de
supervisar las pruebas y asegurar el distanciamiento social se está
materializando un enorme avance de la vigilancia informática. Pero el problema
es más complejo, puesto que una pandemia exige el cumplimiento estricto de
normas para impedir los contagios. Hay que ser muy cuidadoso en la evaluación
de los hechos, para distinguir los atropellos policiales de la protección de la
salud pública. No corresponde la simple justificación de los gendarmes, ni la
reivindicación de un liberalismo ingenuo, que es incompatible con las
situaciones sanitarias de excepción.Dicho eso, me parece indispensable registrar los elementos positivos del nuevo escenario. Hay que evitar un sesgado pesimismo que presupone el inexorable desemboque totalitario del contexto actual. Ciertamente es un peligro, pero no constituye un devenir inevitable. Hay que notar, ante todo, la significativa revalorización de la salud pública por parte de
Han pasado meses desde abril y es patente que el gobierno FF utilizó la excusa de proteger la salud pública para instalar un orden altamente represivo sobre todo para les desposeides y excluidxs por el capitalismo. También para que la población esté súper vigilada y evitar resistencias a la profundización tanto de los extractivismos como de las injusticias sociales.
Silvia Federici: “Para realizar un cambio
se debe colocar la vida en el centro”
20 de julio de 2020
Por Natalia Pravda
Colombia informa
16 jul, CI.- La pandemia de la
Covid-La teórica y feminista marxista Silvia Federici compartió sus ideas sobre el actual momento en un seminario web correspondiente a un proyecto de investigación sobre sociedades de postcrecimiento, adscrito al Centro de Investigación sobre Innovaciones y Transformaciones Sociales de la Escuela de Innovación Social Elisabeth-Bruyere de la Universidad de Saint Paul, en Ottawa (Canadá). Colombia Informa publica una traducción al español editada de este seminario* que exploró formas de construir una sociedad más allá del crecimiento, del capitalismo, del colonialismo y del patriarcado.
La reproducción social, los bienes comunes, la relación con el cuerpo y el territorio fueron los diferentes temas abordados en este intercambio con una de las intelectuales críticas más relevantes de nuestro tiempo.
Silvia Federici es profesora emérita de
Escuela de Innovación Social: En sus últimos libros Reencantar el mundo y Más allá de la periferia de la piel ha hablado del tema del “postcapitalismo” bajo el lente de la visión de reproducción social. ¿Nos podría compartir qué significa postcapitalismo?
Silvia
Federici: Creo que es
importante poner en contexto la pregunta del tipo de transformación que
necesitamos. Ojalá la crisis actual, esta pandemia, sea una oportunidad
histórica, un momento fundamental de toma de conciencia. El sistema social
actual, de manera sistemática, devalúa la vida humana y devalúa toda forma de
vida en general. Nos lleva a un ciclo infinito de crisis. Esa crisis tiene una
dimensión global que está afectando todas las esferas de la vida. Ojalá sea un
punto de inflexión. Estamos en un punto que no permite el retorno a la
normalidad en la cual estábamos. Es un momento crítico para todo las personas
en este planeta. La Covid-19
ha puesto a la luz las crisis que ya estaban y eso es
muy importante. Ha hecho que sea visible y que sea inevitable ver una cantidad
de crisis que ya existían, incluyendo la crisis de la reproducción por ejemplo.
Paralelamente, hemos presenciado un ataque sistemático al sistema agrícola en los últimos 30 años con monocultivos y agroindustria que han ido en contra de la producción de la comida (la cual es esencial para la reproducción de la vida). La producción de la comida ha sido asimilada al mundo industrial con el uso de químicos y de semillas modificadas genéticamente. Todo eso tiene un impacto directo sobre nuestro sistema corporal, social, inmunitario. Incluso tiene un impacto sobre nuestra capacidad de reproducirnos como especie. Es importante porque tenemos que ver cómo esas crisis se conectan al trabajo.
Y esto nos permite entender la razón por la cual hay tanta gente desempleada que está siendo remplazada por máquinas. Mientras que otros tienen que trabajar más que nunca. Entonces, tenemos de un lado ese desempleo y del otro esa obligación de trabajar más y más. Esta tendencia afecta, especialmente, a las mujeres.
Las mujeres se quieren hoy emancipar a través del trabajo. Pero deben tener dos o tres trabajos para poder tener algún tipo de autonomía económica. Necesitan tener más de un empleo. Es una contradicción fundamental entre la reproducción de la familia y el trabajo. Por eso vemos a los niños y a las personas de la tercera edad en esta situación.
Pero, sin extenderme mucho en este punto porque pienso que muchos de los elementos de esta crisis ustedes los conocen muy bien, ustedes saben que a distintos grados hemos vivido estas consecuencias concretas. Entonces, ¿qué está pasando hoy?
Estamos
tomando conciencia de que nuestras vidas están en peligro. Hay una necesidad de
cambio estructural. Una necesidad de empezar un cambio social desde la
reconstrucción del proceso de reproducción social, ya que la misma lógica del
capitalismo está basada en devaluar la vida humana y subsumirla a la
acumulación del capital.
Este sistema económico coloca la idea de
crecimiento continuo como principio de la explotación de la vida humana. Para
realizar un cambio se debe colocar la vida en el centro, lo cual es un lema
importante para el movimiento feminista. Poner el “buen vivir” en el centro.
Estamos hablando de una sociedad que permita a los individuos y a las
colectividades prosperar y que no estén esclavizadas de manera perpetua,
haciendo que la riqueza producida beneficie a todos y a todas.
Para eso todos los aspectos de las
reproducciones se deben de transformar. Empezando, claramente, con esas
actividades centrales al desarrollo de nuestras vidas: el trabajo doméstico, la
crianza de los niños, el cuidado a las personas que no son autosuficientes.
Pero no es suficiente, debemos de repensar la agricultura y alejarnos del
modelo de agricultura actual, que es una producción de Cuando compramos comida, no sabemos si nos estamos nutriendo o si nos estamos envenenando. Esta es la situación actual. Comprar comida hoy es un acto de ansiedad. Tenemos que proyectarnos a una transformación fundamental y cultural. Cultural en el sentido de que tenemos que tomar el camino hacia una sociedad que llegue a acabar con esta desconfianza entre nosotros. Una desconfianza que nos ha sido inculcada por todos los medios posibles. Tenemos una relación negativa con el otro. Esta relación es el centro de nuestras riquezas y de la sociedad, al igual que nuestra relación con los animales y con
En el Oeste de Estados Unidos, por ejemplo, son centenares de miles de animales maltratados que morirán porque no hay en este momento suficiente personal para procesar y venderlos en el mercado. A estos animales los van a matar. Es una barbaridad, como toda la industria de
Existe una conexión básica de lo que pasa a nivel ecológico (como la contaminación de los mares) con la destrucción de
Debemos empezar a pensar en nuestro compromiso en dos niveles.
·
Un nivel es
inmediato. Hay necesidades inmediatas que se deben resolver con la ayuda mutua.
Necesitamos proteger a la gente que está en peligro inmediato y que se
encuentra marginalizada por esta crisis.
·
En el otro
nivel, debemos pensar a largo plazo porque una sociedad postcrecimiento,
postcapitalista es una sociedad en la cual tenemos que empezar a construir el
proceso de producción y reproducción en un sentido amplio. Desde la casa hasta la finca. Incluso
hasta la relación con la naturaleza y los animales. Eso supone un esfuerzo
colectivo muy fuerte.
i trabajo en los últimos años se ha enfocado de manera persistente en el tema de las políticas de los comunes. Entendiendo a los comunes como un principio cultural que se refiere a una sociedad en la cual colectivamente tenemos acceso a los medios de nuestra reproducción. En donde colectivamente tomamos decisiones sobre los medios de reproducción y podemos definir sobre los temas más importantes de nuestras vidas. No siendo unos recipientes pasivos que se encuentran alienados sobre decisiones que se toman arriba. Hemos visto y de hecho tenemos una historia de más de 500 años de actividad del capitalismo que nos dice que tenemos que comprometernos, no solamente como individuos sino como un colectivo que tiene como propósito la reconstrucción del proceso de reproducción social.
Debemos cambiar la relación con los recursos y con las riquezas que estamos produciendo hacia nuestro buen vivir. Poner en el centro de esta colectividad
Sería bueno decir algo sobre el tema de crecimiento que está muy conectado al tema del consumismo. Existen muchas críticas a los individuos por ser consumistas. Incluso gente pobre que no tiene muchos recursos y que van a gastar lo poco que tienen en comprar cosas. Eso es consecuencia del empobrecimiento que hemos sufrido. El consumismo es la respuesta a ese empobrecimiento social. Las relaciones sociales son tan insatisfactorias que nos hacen sentir como perdedores todos los días. Así es que estas necesidades incumplidas se reflejan en el consumismo. Para sentir algún tipo de poder, se nos ofrece tener la capacidad de comprar cosas.
Si pensamos en una sociedad donde nuestras relaciones sociales con el conjunto de la sociedad fueran completas y nos llenaran, no tendríamos que comprar cinco pares de pantalones para poder rellenar esa falta que sentimos en nuestra relación con el mundo. La mercancía, la “commodity”, se vuelve la manera de rellenar esa falta que sentimos. Eso tiene que ver con el crecimiento, por eso es tan importante mencionarlo.
Se deben
amplificar los procesos de reconstrucción de la sociedad junto con nuestra
capacidad de cooperación. Obviamente, ya hay muchas personas trabajando y no es
que estemos iniciando desde el punto cero. Hay movimientos muy importantes que
están trabajando en este momento. Lo que debemos de hacer es conectar nuestras
luchas y trabajar juntas. Eso es fundamental, porque esta unión de luchas nos
puede dar la capacidad de encontrar nuevas posibilidades para hacer surgir las
cosas que queremos.
No se puede
afirmar que exista un solo modelo. Es importante citar a los zapatistas: “un no
y muchos sí”. Tenemos que tener mucha claridad colectiva en qué es lo que no
queremos ver en la sociedad que queremos construir. Una sociedad que no
queremos que destruya el planeta y que no sea injusta. Tenemos que reconocer la
existencia de muchas trayectorias históricas y muchas luchas.
Si no queremos condenar a los niños a un futuro terrible, tenemos que poner atención en lo que está pasando ahora con esta pandemia. Es un signo de alarma que debemos escuchar y tenemos que transformar esta situación con una premisa importante: los que van a determinar la salida de esta pandemia no pueden ser los que nos llevaron a la destrucción de este planeta. No podemos encargarlos a ellos de encontrar las soluciones. Nosotras debemos ser participantes de estas soluciones a la salida de la crisis.
E.I.S.: ¿Cómo podemos aprovechar este contexto para dar pasos hacia una sociedad postcrecimiento sin que la salida de esta pandemia esté totalmente apropiada por la misma élite económica y política que nos llevó ahí?
S.F.: Como venía diciendo, esta pandemia visibiliza
una crisis que ya habíamos anunciado. Su existencia es de conocimiento de
todos. Por eso hemos visto que las áreas de la sociedad más afectada son las
personas que cuidan a las personas de la tercera edad. Hace muchos años que mi
trabajo se enfoca hacia el cuidado de este tipo de población. En muchas partes
del mundo el tema del cuidado de las personas mayores es terrible. La gente ya
se estaba muriendo. La crisis en esta área de la sociedad ya existía. El sistema
capitalista se encarga de devaluar sistemáticamente la vida y lo aplica más a
unas personas que a otras.
Siempre han existido muchos errores en términos de accesos a la salud, a medicamentos. También muchos abusos de parte del personal que atiende a las personas mayores. Estos incurren en abusos. Los hospitales no estaban preparados porque se había tomado la decisión política de no tener los recursos en los hospitales. Por tal motivo faltaron las cosas más necesarias.
Es muy importante que la gente entienda ese elemento. La falta de preparación de la sociedad ante un desastre como esta pandemia tiene que ver con lo que estaba pasando antes. Esto es el resultado de decisiones que se tomaron y nos llevaron a esta situación. Decisiones como afirmar que el derecho a la salud no era tan importante. Entenderlo es lo que nos puede llevar a resolver esta pregunta.
El objetivo principal es dar un salto cualitativo a otro nivel. Si uno ve lo que ha pasado en África, en el Sur asiático, en América Latina en los últimos 30 años, podrá constatar que han existido muchas olas de epidemias. Una tras otra, como resultado de la pobreza económica, el sistema y los ajustes estructurales.
En todo el mundo colonial ha habido una reducción de la calidad de vida. La gente ha sido víctima de muchas epidemias como la meningitis, el cólera, el zika, el ébola. Pero ahora la pandemia es global. Si no entendemos esto, no vamos a estar dispuestos a crear el tipo de movimiento que necesitamos para transformar la vida cotidiana y comprometernos con ese cambio de una manera muy profunda.
¿De qué manera debemos actuar cuando este sistema
se ha construido durante siglos y es un sistema que no se va a transformar de
la noche a la mañana? En el activismo del presente podemos dar respuesta a las
necesidades inmediatas pero es necesario incluir una perspectiva a largo plazo.
Debemos incluir una perspectiva de reapropiación de las riquezas sociales, de
reclamar y reapropiarse de la tierra, de retomar el control sobre la cadena de
producción alimenticia. Y volver a conectar estas luchas. La lucha estudiantil
se debe conectar a la lucha del sector salud y juntas se deben conectar con las
luchas campesinas.
La destrucción del ecosistema es central.
Hoy la lucha social no puede ignorar la destrucción del ecosistema. Cualquier
lucha debe tener una dimensión ecológica, ya que es fundamental a El segundo punto es que desde el inicio debemos de empezar a cambiar la manera en la cual vivimos en este mundo. Personalmente, me ha impresionado y lo he escrito en Reencantar Al Mundo (mi último libro) y en otros de mis trabajos, todo lo que he aprendido de las mujeres de América Latina. Específicamente las mujeres que viven en zonas periféricas de las ciudades latinoamericanas como las favelas y todos estos territorios que quedan en los límites de las grandes ciudades. Estas personas han estado ahí desde hace mucho tiempo, enfrentándose a lo que hoy nos estamos enfrentando. Es gente que se desplazó porque les robaron la tierra y hace mucho tiempo se dieron cuenta de que el sistema no tenía nada para ofrecerles.
Claramente,
su accionar podría ser entrar en desesperación. Pero no es así. Se organizan
colectivamente y en unidad miran cómo seguir negándose a perder. Crean huertas
comunitarias, cocinas comunitarias y medios para acceder a la comida. En ese proceso
hay un nuevo tejido social que se construye. Esas nuevas relaciones afectivas y
de solidaridad son una revolución. Porque ese nuevo poder de este nuevo tejido
social le da habilidad a la gente de relacionarse de una nueva manera con el
Estado. No como la última línea de la pirámide, sino desde una posición que
obliga al Estado a soltar algún tipo de control. Hablemos de comida, de
educación, de salud, de agricultura. Sobre todo esto tenemos algo que decir.
Sobre lo que pasa en los hospitales tenemos algo que decir. Sobre qué tipo de
sistema de salud queremos. Esos son los pasos que debemos dar. No son utopías.
No son cosas extraordinarias. Son cosas que podemos hacer y que nos permitirán
tener un tipo de control sobre nuestra forma de vivir cotidiana.
*Esta conferencia continúa en una segunda entrega.
CI SF/BJ y PC/16/07/2020/14:30
Fuente: https://rebelion.org/silvia-federici-para-realizar-un-cambio-se-debe-colocar-la-vida-en-el-centro/
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