El gobierno de Néstor Kirchner: característica y alcances de la
recomposición hegemónica
Por Gastón Angel Varesi
“(...)El gobierno se presenta como lo “nuevo” que permite la clausura ysuperación de lo “viejo” : "El 27 de abril, las ciudadanas y los ciudadanos de nuestra patria, en ejercicio de la soberanía popular, se decidieron
por el avance decidido hacia lo nuevo, dar
vuelta una página de la historia (...) Por mandato popular, por comprensión histórica
y por decisión política, ésta es la oportunidad de la transformación, del
cambio cultural y moral que demanda la hora. Cambio es el
nombre del futuro” .
En este mismo discurso en el Parlamento el día de
su asunción presidencial, Néstor Kirchner llama a construir un
“capitalismo nacional” que permita la movilidad social ascendente, volviendo a la senda del progreso social. Para esto, dice, se deberán implementar políticas activas para el crecimiento económico, la generación de puestos de trabajo
y una más justa distribución de la riqueza, recuperando el Estado un rol
central. Podemos observar un discurso
que capta varios aspectos de la crisis de hegemonía señalada: la propuesta de dar fin a la crisis económica a través del proyecto de“capitalismo nacional”, atendiendo a las consecuencias de dicha
crisis que habían sidotraducidas en crisis social , tales como el desempleo, la
pobreza, etc., y, por último, una respuesta a la crisis ideológico-cultural , rechazando la idea de Estado mínimo a favor de la exigencia de
“más” Estado.Kirchner construye en su
discurso un adversario , un “ellos”, que refiere al conjunto de actores identificados con
las políticas neoliberales encarnadas en las prácticas de los 90:“ En la década de los 90, la exigencia sumó la necesidad de la
obtención de avances enmateria económica, en particular, en materia de control
de la inflación.La medida del éxito de esa política, la daba las ganancias de los grupos más concentrados de la
economía,
la ausencia de corridas bursátiles y la magnitud de las inversionesespeculativas
sin que importara la consolidación de la pobreza y la condena a millones deargentinos a la exclusión social, la fragmentación
nacional y el enorme e interminable endeudamiento externo”. También opone la recta gestión frente a la corrupción y laimpunidad.
Este es otro de los sentidos por los cuales planteamos la
necesidad de pensar al gobierno de Kirchner
como una propuesta “resolutoria” particular de la crisis del 2001, principalmente
porque discute con las figuras deslegitimadas frente a los cuales se alzaron los reclamos en ese entonces: Kirchner se propone a sí mismo como
momento de ruptura frente al neoliberalismo y en su discurso recopila las
diversas aristas que caracterizaron aquel principio de crisis
orgánica. En este camino, el gobierno saldría a construir una imagen novedosa
que, amplificada por los medios masivos de comunicación, lograría un alto
impacto. Muestra de esto es, entre otros,
el discurso dado en la Cumbre de las Américas en Mar del Plata (2005) dondesostuvo que Argentina, que vivió en 2001 la peor crisis
económica y social de su historia, ejemplifica el fracaso del neoliberalismo y la conveniencia de
seguir un camino propio,ajeno a las recetas de los organismos internacionales.
También se aprontaba a criticar al FMI como coresponsable de la
debacle argentina. Este es otro de los momentos rupturistas del discurso de
Kirchner que generó amplia adhesión popular; el presidente, que llamaba a construir “lo nuevo”, (“una Argentina en serio”
sería su eslogan), se plantaba a denunciar “lo viejo” usufructuando todo
lo que significaba el haber acelerado el retiro de su primer rival electoral, Carlos Menem, uno de los principales símbolos
encarnados del paradigma neoliberal.
En tanto Kirchner se plantea a sí mismo como “ lo nuevo ”, convoca la figura del outsider ,invoca el modelo de la llegada, desarrollado por E. Verón y S.
Sigal en “Perón o muerte: Los fundamentos discursivos del fenómeno peronista”, posibilitado
también por el desconocimiento generalizado en
otras partes del país de sus gestiones en la provincia de Santa Cruz. Kirchner provenía
de largas experiencias en el poder ejecutivo, primero como intendente de Río
Gallegos desde 1987 a
1991 y desde entonces como gobernador de Santa Cruz. Sin embargo, el desconocimiento de sus gestiones pasadas permite a
Kirchner aparecer como la
principal figura del recambio. Lo nuevo emerge desde la exigencia de cambio,
de dar vuelta una página de la historia al reclamo de 2001, como Kirchner mismo
identificaba en su discurso. Además Kirchner añade otro elemento fuerte del discurso peronista original.
Él proclama que viene a trabajar por los
argentinos: “ Yo y quienes me acompañan seremos sus servidores, trabajaremos
con mucho esfuerzo y, para terminar, les quiero decir qué es loque sentimos que somos: hombres comunes con responsabilidades muy importantes ” .Kirchner se presenta entonces
como lo nuevo opuesto a las viejas prácticas corruptas y a las políticas
neoliberales que devastaron el nivel de vida del pueblo, y esto nuevo responde
a la “llamada” del pueblo perjudicado para
encarnar el elemento reparador a partir de una vocación de servicio
desinteresada.
Estos elementos irán desactivando la impugnación generalizada
del “que se vayan todos”, desdoblando su
contenido de modo de apartar al gobierno de la negación implicada en dicha
consigna.
Muñoz y Retamozo, analizando la producción discursiva del gobierno de
Kirchner a partir de una indagación acerca de los usos de “pueblo” en el
marco del proceso de recomposición
hegemónica, aportan interesantes claves para pensar la
desactivación previamente mencionada. Los autores destacan una serie de
operaciones discursivas que parten
del reconocimiento de la crisis, la identificación del pueblo como entidad
dañada, pero al mismo tiempo como
fuente de soberanía de la que emerge el presidente y sugobierno como parte de ese sujeto e intérpretes de sus intereses. Al tiempo que se construye al Estado como instancia reparadora del
pueblo dañado, retomando símbolos del peronismo original, se identifica al enemigo con los actores del neoliberalismo y
se desata así su asociación con el conjunto de la clase política
mientras que simultáneamente se apropia del enemigo construido por los distintos movimientos populares. Pero como también señalan ambos autores, “para generar el consentimiento de la población, los gobiernos deben traer al presente pequeños retazos de la promesa futura” (Muñoz y Retamozo,
2008: 143).En este sentido, como parte de la
estrategia resolutoria, el gobierno de Kirchner logró recuperar algunos reclamos sentidos de las
clases subalternas, que habían cobrado fuerza en
el proceso previo de conflictividad, y dar cauce a distintos niveles de
resolución. Sus acciones progresistas más
destacadas refieren a su política de Derechos Humanos, los cambios en la Corte Suprema de
Justicia, sus discursos críticos frente al FMI, eldescabezamiento de la cúpula militar y su acercamiento a gobiernos
populares de AméricaLatina.
Estas medidas producirían amplias adhesiones, incluyendo personalidades yorganizaciones previamente opositoras. Con respecto a la
política de Derechos Humanos,produjo algunas escenas de alta trascendencia
como el apoyo a la anulación de las leyes de perdón a los represores de la última dictadura militar (ley
creada y promovida originalmente por diputados de izquierda),así como la transformación de la ESMA en un museo
para la memoria. “Yo
no vengo en nombre de ningún partido, vengo
como compañero y también como Presidente de la Nación
Argentina y de todos
los argentinos (...) seguimos luchando como podemos, con lasarmas que tenemos,
soportando los apretujones y los aprietes que nos puedan hacer. Perono nos van a quebrar, compañeros y compañeras. Aquella bandera y
aquel corazón que alumbramos de una Argentina con todos y para todos, va a ser
nuestra guía y también labandera de la justicia y de la lucha contra la impunidad. Dejaremos
todo para lograr un país más equitativo, con inclusión
social, luchando contra la desocupación, la injusticia ytodo lo que nos dejó en su última etapa esta lamentable década del ’90
como epílogo de las cosas que nos tocaron vivir ”. Kirchner aparece en su
discurso como un compañero más, que no ha claudicado en la
lucha de su juventud setentista por un mundo mejor,repudia el genocidio junto con las reformas neoliberales.Con su estilo personal, plebeyo, desenfadado,
alejado de todo convencionalismo, procuraun contacto directo con el pueblo (Borón, 2005), del que es tan sólo un
servidor. Los medios
amplificaban el eco del “estilo K”. Además, el gobierno iba generando una simbología que recuperaba elementos del peronismo original, tales como una fuerte reivindicación del trabajo en alianza con la industria como base
del “capitalismo nacional”, la idea de un
Estado fuerte, preocupado por el bienestar y la justicia social, entre otros, y
retomaba algunas reivindicaciones que iban dotando de legitimidad su
gobierno, apelando aun imaginario de profundo arraigo popular.
La estrategia hegemónica, tuvo también un
capítulo importante en su armado político , el Frente para la Victoria que, jugando desde dentro y desde fuera del
Partido Justicialista(PJ), realizó un despliegue que articulaba
transversalidad, abriendo espacios a sectores progresistas, y acumulación
de fuerzas para la progresiva conquista de las lealtades y la estructura del PJ. Esta contienda por la
conducción del aparato tuvo en su disputa con Eduardo Duhalde,quien originalmente lo había apadrinado para las elecciones presidenciales, un capítulo
fundamental, en el que el kirchnerismo terminó imponiéndose
en el marco de las elecciones del 2005 con el
triunfo de Cristina Fernández de Kirchner sobre “Chiche” Duhalde por el
senado de la provincia de Buenos Aires.Hacia
el arco de la transversalidad, el gobierno de Kirchner inauguraba una política
de acercamiento a sectores populares con políticas activas (desde Madres
y Abuelas de Plaza de Mayo con la política de DDHH, hasta la inclusión de líderes piqueteros comofuncionarios del Estado). El
nivel de éxito de esta estrategia se expresó en la incorporación de
organizaciones populares y de izquierda, con distinto grado de posicionamiento
crítico al gobierno, en la gestión oficial y la
creciente marginación de las organizaciones de similar perfil político que quedaron en oposición al gobierno. De
este modo el gobierno logró mitigar el impacto de la crisis
social dotando con elementos novedosos el proceso de recomposición hegemónica en
marcha. En términos del escenario político
más general, el gobierno planteó una estrategia que reconfiguraba el
bipartidismo erosionado en dos nuevos polos, de centro-izquierda y
centro-derecha, que fue tomando forma de coalición donde el PJ, los transversales
y otras fuerzas políticas aliadas
(principalmente sectores de la UCR y PS) ampliarán su legitimidad,marginando a la izquierda opositora y
confrontando con espacios de una nueva derechaelectoral que tiene en Mauricio Macri a su principal referente y una
variante más heterogénea y republicana que
se nuclea en torno a Elisa Carrió .
De este modo, elgobierno
asumía plenamente el desafío abierto en materia de crisis de la política , que señalábamos al comienzo, buscando recomponer el vínculo entre “representados y representantes”, reformulando
el par PJ-UCR característico de las décadas del 80 y 90 para dar lugar a un
esquema que rearticulaba fuerzas y actores de manera singular (...)".
Fuente: revista Espacio Crítico Nº 12 enero-junio
2010
http://es.scribd.com/doc/39366966/Varesi-El-gobierno-de-Nestor-Kirchner-caracteristicas-y-alcances-de-la-recomposicion-hegemonica-Espacio-Critico-n12
No hay comentarios:
Publicar un comentario