15 de junio de 2012

Construcción de trabajadores estatales y de organizaciones sociales de la recuperación del Estado para la producción autogestionaria de bienes de uso y no de cambio como en el capitalismo


“No hay autogestión sin manejo de los recursos del Estado”
Néstor Jeifetz es coordinador del Movimiento de Ocupantes e Inquilinos (MOI). En esta entrevista reflexionó con Marcha sobre los últimos anuncios en materia de políticas de hábitat y vivienda y la necesidad de pensar la temática desde una perspectiva popular y colectiva.


-En los últimos días hubo anuncios relacionados con la política de vivienda tanto a nivel nacional como de la ciudad de Buenos Aires. ¿Existen puntos en común entre estas políticas? ¿Cómo las evaluás?
-En términos generales cualquier signo de preocupación o intencionalidad cierta de dar algún tipo de respuesta a la problemática de la vivienda es, desde luego, bienvenida. La realidad es que hay algunas afinidades entre las operatorias a nivel local y nacional en temas que son históricos como la cultura individual y su otra cara que es la intervención empresarial. Se visualiza a la vivienda como un bien de cambio, inserta en la lógica inmobiliaria y no existe una mirada que tenga que ver con la generación de procesos colectivos.

Nosotros reivindicamos lo que son políticas de autogestión a través de organizaciones cooperativas. Con la construcción contracultural como desafío, donde ese individuo es el destino final, pero es un individuo al que visualizamos transformado a partir de una actitud, de prácticas, de pensamiento solidario, en el marco de la acción colectiva. Digamos: el colectivo como generación de un nuevo sujeto.
Para nosotros hay puntos comunes que tienen que ver con lo individual, con prácticas de producción empresariales, con poner en crisis lo que son los fondos destinados a un sector de la población, los del ANSES, con el que ya llevan cientos de miércoles reivindicando condiciones de vida dignas.
Nosotros recordamos, porque también es parte de nuestra perspectiva de trabajo, el lanzamiento de la Constituyente Social, en el 2008. Allí planteamos un documento en el que marcábamos dos líneas para encarar la temática del hábitat. Una, la producción estatal. Y la otra, la producción autogestionaria. Que no es autoconstrucción como muchas veces se confunde, muchas veces por ignorancia, otras con intencionalidades. No hay autogestión sin el manejo de los recursos del Estado. Mientras que la autoconstrucción es precisamente la inexistencia del Estado y algo así como procesos de autoexplotación en las resoluciones que el modelo no da respuesta. Nosotros planteamos la producción estatal cierta y genuinamente, sin disfrazar recuperaciones estatales para seguir haciendo negocios con sectores empresariales. La recuperación de las capacidades que tienen los trabajadores del Estado y en una estructura estatal vinculada al movimiento popular organizado. Recuperación del Estado y producción autogestionaria ambas como producción de bienes de uso, no como producción de mercancías o de bienes de cambio. Vemos bien que se reinstale la temática de hábitat o de vivienda, pero vemos que se usa de nuevo en los mismos ejes de siempre, la lógica individual, la producción de bienes de cambio, la lógica empresarial y en el marco de apropiaciones de procesos que son sociales pero que carecen absolutamente de una dinámica de interacción y de participación de la sociedad en la definición de las políticas. Aparece un día instalada supuestamente una súper alternativa sin discusión alguna a nivel social.


-Respecto de la ciudad de Buenos Aires, ¿qué análisis hacés de la función del Instituto para la Vivienda y de su efectividad?
-Cuando aparece el IVC, en la gestión de Jorge Telerman, desaparece la Comisión Municipal de la Vivienda (CMV), que era la que históricamente aplicaba políticas habitacionales en la ciudad. En general implicó una pérdida de atribuciones. Antes todo el patrimonio físico, todo el suelo e inmuebles de los distintos ámbitos nacionales, estaban centralizados en el Estado. Y luego se desguaza, como por ejemplo respecto del patrimonio ferroviario, el petróleo, etc. Bueno, con el IVC también pasó. Se diluyeron gerencias, las gerencias de villas, entre otras, y de algún modo debilitaron el rol de lo q era antes la CMV. Vuelve a ser común, a nivel nacional y local, lo que a veces parece muy enfrentado. Nosotros creemos que el Plan Federal a nivel nacional no dio prioridad en absoluto a los procesos colectivos. Y esta propuesta del Gobierno de la ciudad, obviamente, ni los menciona. No son casualidades. En el IVC nosotros creemos que hay una intención, que también se expresa en esta línea de créditos, de golpear concretamente a la Ley 341, que es la ley que nos da marco a los procesos cooperativos autogestionarios. Eso es parte de la pelea que tiene que ver con construcción de fuerza desde las organizaciones populares al transitar prácticas concretas. En realidad, la Ley 341 tiene cerrado el acceso a la operatoria no desde Macri, desde Telerman.

-¿Qué opinión te merece el proceso de Venezuela en este sentido, en la relación del Estado con la sociedad, la capacidad de definir políticas desde lo local y con participación popular, como en el caso de las Comunas?
-En todo lo que es la nueva geografía del poder en Venezuela, y la creación del poder comunal, es un Estado no híper verticalizado y autoritario sino que es una propuesta de un Estado descentralizado y democratizado y articulado directamente con la población que le da vida y sustento en las Comunas. Y en iniciativas muy concretas, donde el Estado a nivel comunal genera, por ejemplo, centrales de provisión de máquinas y herramientas o de materiales que interactúa, por ejemplo, con el Movimiento de Pobladores (organización social venezolana). Esa es la contracara si querés, de modelos que en nuestro país ya llevan décadas. Más aún, en esta situación de acercamiento a procesos de recesión y a marcos mundiales de crisis, tenemos que mirar no cortito sino a procesos ciertos de transformación estructural de la sociedad. Por otro lado, tiene que tener como contraparte intencionalidad de construcción, de transformaciones en la cotidianeidad. No creemos tampoco en verbalizaciones o en horizontes de transformación si no tienen correspondencia con prácticas o, al menos, con intenciones de innovación en lo cotidiano.
La SeLVIP, la Secretaría Latinoamericana de la Vivienda Popular es una red latinoamericana que impulsa a nivel continental las propuestas de autogestión. Desde luego, en Venezuela también se viene avanzando en la misma dirección. Es parte de las lógicas de miradas distintas que tienen que ver con profundos intereses contradictorios. La lógica de la empresa, de la individualidad consumista, es una. La lógica de la construcción colectiva, de la producción social, es otra. En Venezuela se intenta construir un Estado con una nueva geografía del poder sobre el territorio. Con una fuerte vinculación y una complementación muy fuerte con las organizaciones sociales y territoriales.Fuente: http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/89-territorio/1364-no-hay-autogestion-sin-el-manejo-de-los-recursos-del-estado

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores