3 de septiembre de 2012

El Movimiento Cienfuegos se constituyó, en Rosario, como espacio social y político mirando a promover y luchar por los derechos de los niños y jóvenes de los barrios empobrecidos


Promoviendo la inclusión, humanizando derechos
Por María Eugenia Rodríguez*.
El pasado miércoles 29 de agosto, en la ciudad de Rosario se llevó adelante una jornada de movilización y lucha por los Derechos de los niños, niñas y adolescentes. Allí se le dio el puntapié inicial al Movimiento Cienfuegos.

La ciudad, muestra clave de la deficiencia de las políticas públicas de niñez y adolescencia provinciales, es hoy el centro de mayor visibilización de la problemática de doble vulneración de Derechos: de los niños, niñas y adolescentes lesionados en sus derechos adquiridos y reconocidos por diversas leyes, y la de los trabajadores estatales, cuyas condiciones laborales son caracterizadas por la precarización y el trabajo bajo contrato permanente.
Fruto de la organización gremial de los trabajadores del Instituto de Recuperación del Adolescente Rosario (IRAR), hace poco más de un mes, comenzó a reunirse un grupo más amplio de trabajadores, talleristas del instituto, personas autoconvocadas y diversas organizaciones sociales, políticas, estudiantiles y sindicales con el aporte también de diversas instituciones públicas de la ciudad. El Movimiento Cienfuegos es la construcción comprometida, genuina, que viene gestándose con el objetivo de abordar la compleja situación que atraviesan hoy los niños, niñas y jóvenes de la ciudad, con el IRAR como lugar de partida para exigir al Estado, en todos sus planos, políticas integrales, multisectoriales y de promoción de derechos.
Entender a los jóvenes como actores sociales capaces de protagonizar la transformación de sus propias condiciones sociales de existencia, ampliando la mirada a la niñez, es el compromiso desde el cual se organizó la jornada del pasado miércoles. La apuesta fuerte por generar militancia comprometida con una visión integral de los derechos humanos, que incluya la disputa por una vida digna para los jóvenes de los barrios empobrecidos, que forman parte del corrimiento de la Escuela Pública y el trabajo en blanco, es el motor que fortalece al movimiento. 
Facundo Peralta, acompañante juvenil del IRAR y delegado de ATE Rosario, relató: “nos reunimos para conformar un espacio social y político que pueda promover y luchar por los derechos de los jóvenes de los sectores populares, haciendo foco en el IRAR como institución vejatoria de los derechos humanos, y a la cual hay que cerrar cuanto antes”. Además, remarcó que “el IRAR es una cárcel, en la cual se violan absolutamente todos los derechos humanos de las personas que habitan ese lugar y también se violan los derechos de los trabajadores que trabajan en ese lugar. Es un lugar de hacinamiento de los jóvenes, donde hay entre 40 y 50 jóvenes actualmente viviendo, con condiciones paupérrimas de salubridad, sin poder ejercer el derecho a la salud y sin poder ejercer el derecho a la educación”. Esto es más grave aun teniendo en cuenta que en el IRAR ”hay una escuela, que funciona de manera muy poco efectiva y que los pibes no se incluyen dentro de esos espacios pedagógicos. No se puede cumplir con ninguna medida socioeducativa en el marco de un lugar de encierro de adolescentes, porque no tenemos que olvidarnos que los adolescentes están en una etapa de desarrollo y si se los encierra se los termina matando en un montón de aspectos”.

En relación a las propuestas concretas que se vienen debatiendo en los encuentros, Peralta afirmó: “Venimos promoviendo una seria de cambios en las políticas públicas que se están poniendo en práctica hacia la juventud, sobre todo desde el Ministerio de Justicia y DDHH, a cuya órbita pertenece el IRAR”. En este sentido remarcó que esto es impulsado “para que exista una mayor cantidad de políticas de promoción de derechos, que estas políticas tengan presupuesto y que los trabajadores que las llevan a la práctica no estén precarizados, sino que tengan condiciones dignas de trabajo, y que el IRAR no sea más la cárcel que es, sino una institución verdaderamente de recuperación”. Además aclaró que están intentando impulsar que se involucren a los jóvenes “en diferentes procesos de organización popular en los territorios, que son su centro de vida, como forma de romper con una cultura de, lo que nosotros entendemos, es un genocidio por goteo”.
Por ultimo, planteó que “necesitamos que se construya otro lugar que pueda cumplir con los requisitos básicos que implican satisfacer la dignidad humana. Los jóvenes en el IRAR no tiene acceso al agua potable, viven hacinados, en celdas de 2  x 1, tras las rejas, en vinculación permanente con una fuerza de seguridad totalmente perversa, y con trabajadores estatales en condiciones laborales paupérrimas”.
La Jornada de lucha y movilización, fue el primer encuentro de un espacio con proyecciones de trabajo a largo plazo y contó con la participación de muchos jóvenes provenientes de barrios populares, de la universidad, de organizaciones sociales, políticas, estudiantiles y de derechos humanos. El objetivo primordial de la actividad fue el encuentro, el intercambio, y el hecho de que la misma se desarrollara frente al edificio de la sede local de la Gobernación, permitió visualizar al espacio frente a quienes tienen en sus manos la decisión de avanzar en la promoción de derechos ya reconocidos o profundizar el paradigma de la vulneración y la precarización laboral. Durante el encuentro también se pintó la bandera del Movimiento Cienfuegos, la cual seguramente encabezará la lucha constante para hacer de la juventud un divino tesoro cargado de futuro.

*Espacio de Derechos Humanos del Frente Popular Darío Santillán, Rosario
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