11 de octubre de 2012

II. Hora de construir el internacionalismo capaz de derrotar a corporaciones y estados imperialistas en sus avances destructores

Siria: El desafío de un nuevo Internacionalismo (Parte I)

Por: Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info desde Siria)
Para los terroristas que han atacado a Aleppo en los últimos tres días, quizás la palabra Internacionalismo no le diga nada y por el contrario para los que los sustentan, sea precisamente lo que hay que destruir. Esto coincide con el diseño temprano de los años de 1970 de las corporaciones del gran capital transnacional: acabar con el estatismo que se transfiere en el concepto de Internacionalismo y gobierno de una comunidad de países.

Nada de eso, para las multinacionales esta es otra faceta del comunismo bañado en una pátina de corporativismo estatista contrario al libre mercado y a las ganancias del capital privado.

El tema es bien profundo. Consiste en el estado de situación del Internacionalismo que se refleja en la actual crisis torno a Siria convertida en una suerte de contención hacia esa avalancha del capital transnacional obstinado en destruir estados como el de Siria precisamente.

Para muchos cuarteles que han intervenido desde el exterior, la situación más parece una oportunidad para negocios y un botín para repartir. Observé algo parecido en el período pre invasión Irak 2003.

Es así de duro lo que observo al llegar y recorrer Damasco y sus alrededores.

Escribo en un día de recogimiento, es viernes escuchando la oración que proviene de la Mezquita que está cerca del Hotel donde alojo. En una ciudad donde los terroristas han podido penetrar, funcionarios del Gobierno recomiendan alojar en una zona más protegida y debí cambiar de Hotel.

En una guerra poco definida, el terrorismo comienza a ser la herramienta más utilizada para desestabilizar al gobierno en la medida que el ejército Sirio recupera zonas. El acoso por las fronteras es otra como es el caso del tráfico de armas, mercenarios y terroristas desde Turquía.

Con todo, los ciudadanos con los que he podido conversar, señalan con certeza que hasta el estallido de las acciones de insurrección, (no las manifestaciones por mayor democracia para que quede claro), vivían con felicidad y tranquilidad. Todavía lo sienten en parte y mantienen la esperanza de que la violencia acabe luego.

Este ambiente se observa en un club de cartas abierto al aire libre cubierto por toldos y rodeado de plantas, donde se fuma en el Hubble-Bubble o Nargile, una especie de pipa gigante traída por los turcos a Siria, aunque originalmente proviene de India. Ubicado en el Damasco antiguo a un costado de una estación ferroviaria, el escenario de la explanada con medio millar de clientes donde se encuentran mujeres y personas de casi todas las edades, parece paradisiaco en contraste con lo que está sucediendo en Aleppo y algunas zonas periféricas de Damasco, con gente desplazándose de las confrontaciones y los atentados terroristas.

Un 90 % y algo más de las personas que he podido entrevistar, -como 50 entre estudiantes, comerciantes, transeúntes- simplemente todos desean volver a la Siria sin guerra, como era tres años antes. Reconocen defectos en el gobierno, sin embargo aprecian como invaluable lo que había y tienen temor a que el país se despeñe en una guerra sin fin, como Afganistán.

La Agenda con Siria

El origen del problema es la agenda de la Alianza Transatlántica: Terminar con el Estado Sirio, comenzando por acabar con el actual gobierno por no acoplarse a la Alianza Transatlántica.

Sir
ia es un estorbo para la influencia regional de esta Alianza. El llamado nacionalismo Árabe es deplorado por los "Think Tanks" de EEUU, Reino Unido y Francia, por encontrarlo anticuado y fuera de la matriz de la globalización. Léase esta matriz como dominio pleno de las Transnacionales. Esta idea de desestabilizar Siria surge con anterioridad al atentado a las Torres Gemelas, 2001.


Basher el Assad y su padre desde siempre, no conciben una Siria acoplada a la Alianza Transatlántica como lo han hecho Israel, Turquía y ahora lo hace Egipto y los países monárquicos del Golfo Pérsico. Esta es una batalla geopolítica por los recursos, las finanzas, aunque también cultural. Alexander Solyenitzin poco después de su arribo a Estados Unidos en 1974 y que detestaba el régimen soviético, enfatizaba que Occidente no tenía ningún derecho a implantar su tipo de democracia al resto del mundo.

Lo que esta Alianza está haciendo con Siria es un crimen internacional porque están financiando una insurrección imbricada con grupos terroristas. Es aquí donde falló esta Alianza y debe rendir cuentas porque se vincularon al terrorismo y contrataron mercenarios para derrocar un gobierno. François Hollande le debe una explicación a la social democracia porque Francia es uno de los principales agentes de esta operación.

Este es el reclamo de Rusia y de Siria por cierto. Se desbocaron -los que diseñaron el proyecto-, en una euforia descerebrada y aquí están los resultados después de 20 meses en que pudieron haber negociado una salida sin 20.000 muertos y más de un millón de desplazados.

Si se hace una investigación, toda esta operación podría ser "penalizada" de acuerdo a las nuevas resoluciones multilaterales contra el terrorismo. El silencio de muchos juristas internacionales abruma y es sospechoso.

Hace poco, fui testigo directo de una propuesta de declaración para que un grupo de partidos progresistas en América Latina expresara su preocupación por la incapacidad de la ONU y el multilateralismo para resolver el tema Sirio. Fue cursada por los canales adecuados y no hubo respuesta. El silencio asusta más que complica. Como que los tentáculos de las redes que empujan para que Siria colapse hubieran traspasado todos los muros.

Turquía y la muerte de civiles por un proyectil

Turquía, opera como una base de infiltración de terroristas y mercenarios. Es un rol triste y que le traerá consecuencias internacionales imprevisibles a un país que sigilosamente contiene un descontento social acumulado. En Turquía, a este paso de asociarse subrepticiamente con redes terroristas para derrocar un gobierno vecino le puede significar un boomerang a cualquier plazo. Está en la práctica funcionando como Pakistán en relación a Afganistán infiltrando terroristas. Con una diferencia. Aquí los infiltrados no solo son apoyados por el gobierno Turco, sino que EEUU y los países de la Alianza Occidental están vinculados en la operación de infiltrar.


El ejército Sirio contraatacó a la protección del ejército turco para permitir la infiltración. He presenciado estas operaciones en terreno por haber cumplido funciones para la ONU visitando las fronteras del Sudán con Eritrea, Bangladesh con India y Myanmar, Guinea Bissau con Ziguinchor, por el tema de los refugiados. Los dispositivos militares que están en la frontera tienen la obligación de proteger la frontera. El intercambio de fuego que resultó en la muerte de civiles es el corolario de la irresponsabilidad del gobierno turco en exponer a civiles en operaciones de infiltración hacia el otro país.

La ONU tiene las manos atadas, porque entre EEUU, Francia y el Reino Unido más los otros miembros del Consejo acoplados con estas potencias para derrocar al gobierno Sirio, no hay investigación neutral posible. Como resultado, se aceleraron en una declaración del Consejo de Seguridad que les costó más de la cuenta convencer a Rusia firmarla. Se llegó a una declaración sin investigación. Esto deslegitima al organismo por el exceso de promiscuidad política entre la Oficina del Secretario General y las representaciones ante la ONU, de Francia, convertida en gran agente para derrocar al gobierno, de EEUU y del Reino Unido.

Lo de Siria adquiere ribetes de descomposición ética que el poder mediático de los países y consorcios internacionales que intentan derrocar al gobierno Sirio simplemente esconden. La agenda es clara: hay que derrocar a Assad, y para esto se han invertido miles de millones de dólares en connivencia con las Transnacionales y una parte de la ONU.

Lo decisivo y grave en esta operación es el protagonismo del terrorismo, lo que sitúa a estas naciones en un rol de corresponsabilidad en el delito.

Aquí se está dando la madre de todas las batallas entre el poderío unilateral de la Alianza Occidental contra Siria e Irán y alguna oposición de Rusia y China. El caso Siria demuestra la vigencia del concepto atribuido a la década de 1960, sin ambages: El Gobierno Sirio está dando la batalla clave en contra del Imperialismo propiamente tal.

Este es un inmenso montaje de varios miles de millones de dólares financiados por los países monárquicos del Golfo Pérsico que mas vínculos tienen con las Transnacionales del sector de la energía y la tecnología asociada.

Siria y los elementos constitutivos como su Estado, la paz al interior de la nación, su administración y su integridad territorial deben ser protegidos. La comunidad internacional - especialmente la representada por Naciones Unidas- ha fallado en su Misión al no contribuir a este propósito.

El tema central consiste en el actual estado de situación del Internacionalismo y en particular el fundamentado en la Carta de Naciones Unidas. La situación de Siria refleja una crisis inédita en el período post desplome soviético y el debate en la Asamblea General de la ONU ha sido monocorde. Solo centrado en reformar el Consejo de Seguridad, siendo que el tema para trabajar es una nueva cultura de Internacionalismo en un mundo regido políticamente por las corporaciones transnacionales. Si los sistemas políticos están en profunda crisis en los países, imaginemos un instante si lo de Siria no es el reflejo de la profunda crisis política del Internacionalismo. 
Fuente: http://www.argenpress.info/2012/10/siria-el-desafio-de-un-nuevo.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores