MONSANTO:
MUCHO PEOR QUE GLIFOSATO
GRR GRUPO DE REFLEXION RURAL
28 de AGOSTO de 2012
El curioso “modelo” de vida que estamos
soportando, nos pone cada día ante situaciones que nos hacen sentir abandonados
como pueblo, incapaces e imposibilitados de accionar para que “algo cambie” y
cuando hay una explosión barrial, quejas comunitarias por algún reclamo,
generalmente se reduce la demanda a situaciones acotadas, puntuales, y
raramente se trata de revisar las causas de los problemas. Tal vez, el ejemplo
más común son los reclamos por la inseguridad, donde se reclama como solución
incorporar más policías o más patrulleros, sin que se ponga en evidencia el
papel que Monsanto y otras transnacionales de la agroindustria y la minería han
tenido como generadoras de un modelo económico de despoblamiento del campo,
pérdida de identidad y urbanización inhumana.
Para no reducir nuestro repudio y condena a
este engendro del capitalismo salvaje, queremos recordar algunos
antecedentes que oportunamente expusimos en nuestros documentos:
*Monsanto busca ganar dinero, no ayudar a los
agricultores. El primer ejemplo fue el agricultor canadiense Percy Schmeiser,
productor de colza, que perdió un pleito entablado contra él por Monsanto por
haber infringido supuestamente las leyes de patentes, dado que en algunas de
sus parcelas se comprobó la existencia de plantas de colza transgénica,
seguramente provenientes de contaminación genética.
*Como una estrategia común a las transnacionales,
Monsanto invirtió millones de dólares para adquirir empresas semilleras en todo
el mundo… ¿Por qué Monsanto, de empresa química que fuera en un principio, se
convirtió en la mayor empresa semillera del mundo? Sencillamente porque
controlando las semillas controla la agricultura mundial. Inclusive las
semillas hortícolas a nivel mundial las manejan Seminis y De Ruiter Seeds,
empresas adquiridas por Monsanto.
*En octubre 2002, en un trabajo que llamamos
“Soja RR y la estrategia de la inundación” expusimos cómo la consultora
americana Doane Marketing Research, un año antes del lanzamiento de la soja RR (1996), había
realizado un sondeo entre los productores, que demostraba mayor aceptación de
las RR en Argentina que en EEUU. Ese mismo año una misión de la General Accounting Office
de los EEUU, llegó a la Argentina, debido a una denuncia de los agricultores
norteamericanos contra Monsanto, ya que los “farmers” aseguraban que la
transnacional vendía más barata la semilla de sojaRR en Argentina; la GAO
produjo un informe que dejó establecidas las diferencias de precio entre la
semilla de Monsanto vendida en los dos países. En la página 15, el mencionado
informe indica los siguientes porcentajes sobre las semillas sembradas en la
Argentina: Ventas comerciales 28 – 50 %, Semilla guardada por el
agricultor 25 – 35 %, Mercado negro 25 – 50 % (GAO 1998).
Resulta evidente que la adopción masiva se
debió a la disminución de mano de obra necesaria para la siembra y el cultivo,
y a la posibilidad de que la gran mayoría de los productores nunca
compraron semilla de soja RR (resistente a RoundUp). Esta realidad era bien
conocida por Monsanto y sus subsidiarias locales como Nidera, pero la
estrategia era difundir y en lo posible INUNDAR de soja RR el campo argentino,
por su comodidad y eliminación de mano de obra. Por otra parte en 1996 el glifosato tenía
todavía su patente vigente y ello constituía ingentes ganancias para la
empresa. Con referencia al importante comercio de
“bolsa blanca” agrega el informe “Mientras las patentes de Monsanto permiten
restringir que los agricultores estadounidenses guarden semilla y resembrar la
semilla de soja RR…En la Argentina, toda soja guardada es legal, en tanto y en
cuanto sea resembrada en la misma propiedad”. La bolsa blanca fue de ese modo
en la Argentina, la miserable participación en el banquete con que los
exportadores de granos sobornaron al agricultor argentino, subsidiándole
la producción.
*Presionada por las determinaciones del GAO,
Monsanto y sus subsidiarias salieron a lanzar una gran campaña, contra la bolsa Blanca (semilla
que el productor se reserva de su cosecha para usarla en sus siembras, y que
también lo hace con la RR), a la que se le asigna una evasión de 60 millones de
u$s en impuestos En realidad, era ASA (Asociación de Semilleros Argentinos) la
que estaba preocupada.
*Monsanto, que miraba para otro lado...
indiferente, decide, en 2003, retirarse de la comercialización de semillas de
Soja transgénica en la Argentina y, de esa forma, pone al descubierto de manera
brutal la enorme dependencia del país a las empresas de Biotecnología. Tal vez
y en simultáneo estábamos frente a un enorme chantaje al entonces gobierno de
Néstor Kichner para que se modificaran los derechos constitucionales del agricultor
a disponer de su propia semilla… (Ley 20.247 hoy en plena revisión
impulsada por ASA y las transnacionales). De todas maneras, recordemos que el
gran negocio de MONSANTO en la Argentina nunca fue el royalty de la
semilla sino la venta masiva de su herbicida estrella: el Round Up
(glifosato).
* Argentina fue portaviones de Monsanto
para la ampliación de sus negocios a Brasil. En los años 90 en el Estado
de Río Grande do Sul, cuando el Gobernador Dutra, del PT, se vanagloriaba de
presidir el único territorio libre de transgénicos, Monsanto
obsequiaba graciosamente el glifosato a quienes le exhibieran el marbete
de Soja RR contrabandeada desde la Argentina.
*Los tambos siguen desapareciendo en tanto la
producción de leche se mantiene por el aumento en la utilización de la
hormona recombinante bobina (rBST Posilac) producida por Monsanto, que a su vez
incrementa la producción de las vacas lecheras hasta un 25%. En la década
de los ‘90 se comprobó en Estados Unidos que el Posilac provocaba
cáncer de mama en los seres humanos y se prohibió después de una fuerte
controversia en que varios periodistas fueron despedidos al informar a la ciudadanía. En la
Unión Europea, se prohibió su uso en el año 2000, así como en Japón, Nueva
Zelanda, Australia, y otros países han hecho lo mismo. En la Argentina su uso
es legal.
*De ser casi la encarnación del demonio para
órganos oficialistas como Página 12 oTiempo Argentino, donde se la acusó de
evadir impuestos, contaminar la tierra, provocar cáncer y hasta de
figurar en los cables de Wikileaks haciendo lobby empresarial, recientemente,
en su visita a EEUU, la Presidenta de la Nación, se reunió con directivos de
Monsanto en Nueva York e, increíblemente, hizo un enfático elogio de dicha
empresa por la cadena nacional.
*En la misma ocasión, la Presidenta anunció
que la transnacional invertiría 1.670 millones de pesos para instalar una
planta de producción de maíz en la localidad de Malvinas Argentinas , en las
cercanías de la ciudad de Córdoba, y expresó, entre otros dichos, que deberían
dejar perplejos a los que luchamos por la soberanía alimentaria de los pueblos:
“La inversión de Monsanto es importantísima también y va a ayudar a la
concreción de nuestro plan, tanto agroalimentario 2020, como nuestro plan también
industrial. Y me decía, hoy su titular que les había impresionado mucho el
apoyo que nuestro Gobierno estaba dando a la ciencia y a la tecnología. Tengan
ustedes la certeza que vamos a seguir en la misma línea”
*Cuando se habla de ciencia, tecnología y de
planta de semillas, resulta llamativo que no se hable de la naturaleza y del
hombre que la cultiva hasta cosechar “la semilla”. La visión tecnológica
y cientificista reduce la natural potencia vital de la semilla de maíz –
recordemos que es de origen americano, de nuestro pueblo- la que debe ser
sometida a ”tratamiento y acondicionamiento”, procedimientos que no se
especifican, pero la noticia aclara: “cabe destacar que con las mencionadas
instalaciones, la Argentina contará con las dos plantas más grandes del mundo
de producción de semillas, ambas pertenecientes a la firma Monsanto ”.
Nuevamente el mensaje es que la semilla se “fabrica” en dichas instalaciones
que, por supuesto, deben ser “las mas grandes del mundo”.
* A diferencia de lo que nos sucede a los
ciudadanos, que confrontamos más de lo que dialogamos, las transnacionales
están en “sintonía fina” entre sí cuando de negocios se trata; así el ingeniero
Carlos Becco, gerente de Tratamiento de Semillas de Syngenta, explicó los
beneficios de la soja
Plenus (RR2BT), propiedad de Monsanto, a la vez que considera
“un paso positivo” el proyecto para una nueva ley de semillas.
* El secretario de Agricultura, Lorenzo
Basso, firmó la resolución que dispone la liberación comercial de la soja
“Intacta RR2 Pro”, modificada genéticamente por Monsanto para lograr un cultivo
más resistente al conocido herbicida glifosato.
Por todo lo expuesto, consideramos desde el
GRR a Monsanto como “diseñador y gerente” del modelo agroexportador argentino,
ejemplo de lo que consideramos la colonización de las “democracias” por parte
de las transnacionales junto a Syngenta, Cargill, Barrik Gold y sus
necesarios cipayos. Esta colonización ideológica de nuestra democracia fue
puesta en evidencia por el discurso de la Presidenta de la Nación.
El GRR considera la recuperación de las
semillas como base de la Soberanía Alimentaria , propulsando desarrollos
locales con mercados de cercanías, como estrategias para superar el dominio que
ejercen las transnacionales sobre nuestra agricultura.
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