10 de abril de 2016

I. La construcción K de consenso a la conciliación de clases fue, ante todo, por manipulación de necesidades y deseos. Hacer al giro copernicano de generalizar el poner fin a la acumulación gran capitalista es partir de las percepciones populares para ir dialogando formas de aproximación al funcionamiento de la misma.

    Desenlaces
8 de marzo de 2016

Por Raúl Prada Alcoreza
(...)Hemos titulado Desenlaces a este ensayo, suponiendo que se efectúa la culminación de un periodo, el lapso dilatado de las gestiones del gobierno progresista, que a nombre de los movimientos sociales, se puso a la cabeza del “proceso de cambio”, conduciéndolo al desiderátumen el que se encuentra, que llamamos decadencia. Por lo tanto, en consecuencia, bajo este supuesto, podemos analizar el periodo, la década del gobierno populista, desde su realización final, desde su conclusión, que hace de clausura del “proceso de cambio”; es decir, desenlace.(...)
En el plano de las percepciones nos encontramos con una variedad grande de interpretaciones; dejaremos a un lado las percepciones académicas, también las percepciones oficiales, que de alguna manera se recogen en el saber sobre la corrupción. Nos concentraremos en algunas representaciones populares sobre el tema; estas percepciones son sugerentes pues derivan de las experiencias prácticas de la gente. Una de las percepciones más comunes es la que asocia la corrupción con la política, con la función de los políticos, con la comprensión de que el gobierno es una especie de botín. Los políticos pelean por el poder precisamente para hacerse ricos. Se toma esta apreciación con mucha espontaneidad, con aire natural, haciendo entender que así funcionan las cosas. Unos se hacen ricos como empresarios, otros se hacen ricos como políticos, en tanto que la mayoría padece la historia. Llama la atención esta representación popular pues no se inscribe en la condena moral, tampoco supone la maldad congénita de la humanidad, sino que asume un punto de vista práctico, cotidiano. Eso es lo que ocurre.
También llama la atención su espontánea aceptación, pues se expresa, en esta interpretación, que se trata como de una fatalidad, de la que no se puede escapar, no se puede cambiar las cosas. Así funcionan. Para conseguir algo tienes que tener un padrino, para agilizar un trámite tienes que invertir en la coima; todo se mueve con dinero, con padrinos, con relaciones. Podríamos decir que en esta representación de la corrupción se reconoce a la clientela, a la red clientelar del poder. Se trata de una sociedad chantajeada por los poderosos, los que tienen el control del gobierno o del dinero. En esta representación popular se expresa más objetividad que la que podemos hallar en el saber de la corrupción; quizás esto se deba a que se eleva desde la experiencia cotidiana un cuadro, el cuadro de la corrupción. Nos muestra la escena del drama; están los clientes que padecen el peso de esta relación, están los que controlan los hilos del poder y los circuitos del dinero, están clasificados los espacios de los distintos procedimientos de la corrupción; sobre todo, se dibuja una realidad oculta a los ojos, que, sin embargo, es una realidad efectiva, que condiciona el funcionamiento de los ámbitos de mediación entre sociedad y Estado.
 
Entre la variedad de percepciones, que no podemos comentar en este ensayo, hay otra que también es sintomática. Se entiende como audacia la práctica paralela de cohecho; es vivo el que logra hacerse rico y tonto el que no lo hace, teniendo la oportunidad. En esta representación hay como una aprobación inmediata de la corrupción. Cuando te toque el turno, tienes que hacerlo, sino quedas como tonto. Ya no se trata de decir, como antes, de que así funcionan las cosas, sino de que hay que hacer que sigan funcionando así. En un mundo de bandidos la gente se divide entre vivos y tontos. La lucha por la vida te obliga ejercer también las prácticas que dan resultados, que logran objetivos, sin necesidad de grandes sacrificios. En esta representación no sólo se observa una concepción de mundo, éste es violento y hay que luchar e imponerse; ya no se trata sólo de clientelismo sino de complicidad. Podemos entonces distinguir circuitos clientelares y redes de complicidad, aunque éstos se crucen.
En lo que respecta a la variedad de percepciones populares sobre la corrupción, también hay representaciones condenatorias e interpeladoras de la corrupción. Una de las interpretaciones más sugerentes, por su contenido crítico, es la que comprende que el mundo esta mal, la sociedad funciona mal, la política es un desastre, el gobierno no gobierna, debido a que las cosas funcionan como funcionan, atravesadas por la corrupción. Los culpables de la miseria del pueblo son los corruptos. En esta apreciación se muestra el desacuerdo de que las cosas sigan como están, se expresa la voluntad de que hay que cambiar el mundo. Aunque también comparte con el criterio de que si se acaba con los corruptos acaba el problema, así como de lo que se trata es de que personas honestas entren al gobierno. Como se puede ver, se comparten códigos morales en estas representaciones.
 
Sectores populares más politizados expresan interpretaciones más elaboradas, conciben, por ejemplo, una relación intrínseca entre corrupción, capitalismo y gobierno. Esta representación comprende que la lucha contra la corrupción es también una lucha contra el capitalismo y el mal gobierno. Se observa en esta interpretación ya un trabajo militante en las organizaciones sociales, sobre todo en los sindicatos y organizaciones indígenas. Esta crítica de la corrupción nos muestra, a diferencia de las otras interpretaciones y representaciones, una realidad más compleja, partiendo de las propias causas de la corrupción, llegando a un alcance y una expansión de la problemática mucho más aguda. Lo que dice esta representación es que el fenómeno de la corrupción no es ajeno a los fenómenos económicos, sociales y políticos que articulan la sociedad y el Estado. Una consecuencia que se puede sacar de esta crítica es que la lucha contra la corrupción es integral, tiene que ver con transformaciones en el orden económico, en el orden social y en el orden político.
 
Ahora tocando el plano del saber sobre la corrupción, la adquisición de la información, la decodificación de la misma, el análisis de los datos, los cuadros y las descripciones, la enunciación de teorías sobre el fenómeno mismo, han focalizado su trabajo de investigación en los espacios administrativos y de gestión del aparato público, en sus formas de funcionamiento, en sus normas, en la administración de sus normas, en el cumplimiento de los proyectos. Así como también en la tipificación de los delitos, en la conceptualización de las intervenciones administrativas en contra de los actos de corrupción, en las medidas administrativas y judiciales. También en el perfil de los funcionarios, en las normas de contratación de personal, así mismo en las normas de contratación de bienes y servicios. La transparencia es un concepto que aparece como opuesto al concepto de la corrupción, se asocia al acceso a la información y a la participación.
 
Se puede ver claramente que se trata de un saber técnico, un saber basado en el conocimiento de los procedimientos, las normas y la administración de la gestión pública. Se trata también de un saber técnico encaminado a construir instrumentos de corrección que ataquen a la disfuncionalidades del sistema. Empero también se trata de un saber restringido y circunscrito, restringido a los especialistas y circunscrito a un área; se trata también de un saber que no se ocupa de otros espacios condicionantes del mismo fenómeno de la corrupción, sólo se restringe al estudio del fenómeno en los espacios del aparato público. Por ejemplo, no se ocupa de investigar, decodificar, analizar y teorizar las prácticas y procedimientos de las empresas trasnacionales, de los monopolios y oligopolios, así como del sistema financiero internacional. Quizás éste es el espacio de condicionantes y determinantes más fuerte y más grande, que tiene efectos más desbastadores en los estados y gobiernos. Por lo tanto, se trata de un saber que oculta esta parte del problema.
 
El nivel más grande y complicado del fenómeno de la corrupción se encuentra en estos espacios y escenarios por donde se mueven, expanden y se instalan las empresas trasnacionales. El efecto más destructivo de lo que podemos considerar los derechos económicos de los ciudadanos viene del sistema financiero, de las especulaciones financieras, de las burbujas financieras, de la administración y diferimiento de la crisis por procedimientos financieros. Estos grandes escenarios de desencadenamientos fabulosos de movimientos de capital, escenarios de grandes sobornos y estafas, así como de escándalos financieros, no son estudiados ni atendidos ni siquiera como parte de la problemática, siendo ya el núcleo gravitante de la nebulosa.(...) Leer

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