Bienes comunes y modelo productivo
Transgénicos en la Argentina:
Un negocio atendido por sus dueños
5 de enero de 2015
Por *
Un organismo clave en la autorización de transgénicos está
dominado por las empresas del agro y por científicos vinculados al sector
privado. Monsanto, Syngenta, Ledesma y Dow, entre otras corporaciones, se
ubican a ambos lados del mostrador. Los conflictos de intereses y el Estado
cómplice.
Las multinacionales
Monsanto, Bayer, Syngenta y Dow son algunas de las empresas que tienen
injerencia en la aprobación de los transgénicos que esas mismas empresas
impulsan. Se trata de la Conabia (Comisión Nacional de Biotencología), donde
también participan empresas “nacionales” (Biosidus y Don Mario) y las cámaras
empresarias. También figuran “investigadores independientes”, pero con claras
vinculaciones con empresas. El Gobierno y las compañías publicitan la Conabia
como un “espacio pionero con un marco regulatorio sólido y de base científica”.
De los 47 integrantes, más de la mitad (27) pertenecen a las empresas o tienen
clara vinculación con las mismas firmas que deben evaluar.
Conflictos de
intereses, y complicidades, en la aprobación de transgénicos en Argentina.
Conabia
Según la propia
información oficial, la Conabia “analiza y evalúa las solicitudes presentadas
para desarrollar actividades con OGM (organismos genéticamente modificados
-transgénicos-). En base a información científico-técnica y a datos
cuantitativos respecto de la bioseguridad del OGM emite un dictamen” para la
continuación o rechazo del pedido empresario.
La Conabia reconoce que
cuenta con representantes del sector público y privado y los denomina
“expertos”. La Conabia aclara en su página de internet que “los miembros deben
expresar cualquier tipo de conflicto de interés que pudiera surgir en la
evaluación de las solicitudes presentadas. Esto es imprescindible para
garantizar la transparencia e imparcialidad de los dictámenes”.
Integrantes
Son dos hojas A4. Una
lista de nombres, apellidos y pertenencia institucional. Aunque son integrantes
de un espacio oficial, la información no provino de ninguna oficina de gobierno
(que esconde los nombres), sino del sector privado. En la lista figuran 47
personas. De ellas depende, en gran medida, la aprobación de transgénicos en
Argentina. Y, paradoja, 27 de ellas son de las mismas empresas que impulsan el
modelo transgénico o de científicos con estrechos lazos con las mismas
empresas.
También hay 12 técnicos
y funcionarios del Senasa (Servicio de Sanidad y Calidad Agroalimentaria),
Inase (Instituto Nacional de Semillas), INTA (Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria). Todos espacios con frondosos antecedentes de colaboración con el
sector privado y transgénico.
Monsanto
Miguel Alvarez Arancedo
es ingeniero agrónomo recibido en la UBA. Participa en la Conabia como parte de Casafe
(Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes). Su lugar de trabajo real es
Maipú 1210, la oficina central de Monsanto en Argentina. Arancedo es desde 2004
el director de Asuntos Regulatorios de la principal multinacional transgénica
del mundo y también es vicepresidente de la Asociación de Semilleros Argentinos
(ASA, espacio de articulación y lobby político de las multinacionales y
empresas locales).
En marzo de 2012,
Arancedo celebró que la nueva soja de Monsanto (Intacta RR2 Pro) comenzaría a
sembrarse en breve y se refirió al sistema de liberación del transgénico:
“Tenemos la aprobación de Conabia, así que venimos muy bien en los tiempos.
Creemos que podría llegar a estar a disposición de los productores el año que
viene (2013)”.
Arancedo no aclaró que
él mismo participa en la Conabia y en el sistema de aprobación.
El Gobierno Nacional
autorizó la soja ese mismo 2012.
Syngenta
Juan Kiekebusch está
inscrito en Conabia como miembro de ASA. Lo cual es cierto. Pero también es
director del Comité Ejecutivo de Syngenta, una de las mayores corporaciones del
agro. En el Biotech Forum (publicitado como el “primer foro internacional del
negocio de la biotecnología” ), Kiekebusch reclamó acelerar los tiempos de
aprobación de transgénicos: “Un avance biotecnológico que en Japón tarda un año
y medio en ser aprobado, aquí y en Europa lleva cinco años".
En el XVIII Congreso de
Aapresid, el directivo de Syngenta e integrante de Conabia reclamó “decisiones
política” para un marco regulatorio que contemple la “protección de derechos de
propiedad intelectual” para así facilitar nuevos transgénicos.
Aacrea
Juan Balbín figura en la
Conabia como representante de la Asociación Argentina
de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), espacio
institucional de pequeños y medianos empresarios del agro. En mayo de 2013
integró la comitiva oficial a China (encabezada por el ex ministro de
Agricultura y presidente de la Cámara de Diputado, Julián Domínguez).
También formaron parte
del viaje Pablo Vaquero (presidente de Monsanto), Gastón Fernández Palma
(presidente de Aapresid y vicepresidente de Maizar -reúne a las empresas del
sector-), Miguel Calvo (titular de Acsoja -empresas de soja-) y Manuel Mihura,
director de Nuevos Negocios de la semillera Don Mario ,
entre otros. El motivo del viaje fue exponer la bondades de la soja Intacta , que no
contaba aún con la aprobación en China, y al mismo tiempo convencer a los
funcionarios chinos de las (supuestas) ventajas de los eventos transgénicos
para maíz.
Por Aacrea también está
Bernardo Debenedetti. La organización se autodefine como “una asociación de
empresarios agropecuarios que trabajamos en grupo, y compartimos nuestras
experiencias y conocimientos para aumentar la rentabilidad y lograr el
crecimiento económico sustentable de nuestras empresas”. Debenedetti también
integra el “Grupo Biotecnología”, espacio que se reúne en la Bolsa de Cereales,
y donde participan Casafe, Aapresid, Ciara (exportadores), ASA, y Maizar, entre
otras. En resumen: todas las empresas del sector.
Animales transgénicos
Biosidus es una empresa
de referencia en la clonación de animales o, también llamados, “animales
transgénicos”. Con más de tres décadas en el mercado, se autodefine como “una
compañía de biotecnología argentina que ha desarrollado un negocio global en el
suministro de biofármacos de alta calidad en territorios de Asia, África,
Europa del Este y América Latina”. Señala que ha desarrollada “novedosas
plataformas tecnológicas en animales transgénicos, terapia génica y
biodiversidad” y se ufana de contar con una” sólida política de propiedad
intelectual”.
Uno de sus más
publicitados trabajos fue “la primera vaca clonada”, en 2002, bautizada
“Pampa”. En esa iniciativa participó Lino Barañao y siempre fue público su trabajo
y su cercanía con Biosidus (es curioso que en su CV no aparezca su desempeño en
la empresa de biotecnología).
Andrés Bercovich es
bioquímico de la UBA, desde hace 23 años trabaja en Biosidus (desde 2008 es
Gerente de Investigación y Desarrollo) y también tiene una silla en la Conabia. Bercovich
estuvo a cargo del proyecto de los clonados terneros llamados “Patagonia I, II,
III y IV”, publicitados como material genético para obtener insulina humana. La
publicidad empresaria prometía que con 2500 vacas similares se podría abastecer
de insulina a todo el mundo.
“Los argentinos somos
muy abiertos a todo lo nuevo en tecnología. No es un país miedoso” , afirmaba
el científico en una entrevista publica y daba un ejemplo: “La soja transgénica
tiene una trascendencia económica enorme para el país. Y aquí en la Argentina
la mayor parte de los cultivos son de plantas transgénicas y nadie tiene
problemas en consumirla ni cultivarlas. Hay una historia, una apertura mental.
La biotecnología trae soluciones trascendentes, como en el caso de la soja o de
los biofármacos”.
En 2010, formó parte
del equipo que clonó el “primer caballo en Latinoamérica”, llamado “Ñandubay
Bicentenario”. Era de la raza Ñandubay, utilizados para selectos deportes (polo
y salto).
El ministro Barañao
estuvo presente en en la rueda de prensa y, sin que nadie pregunte, resaltó que
“la clonación no presenta ningún tipo de riesgo en la salud del animal ni para
el medioambiente”. En el caballo clonado también participó Daniel Salamone,
también con nexos con Biosidus e integrante de Conabia.
Caña transgénica y DDHH
Atilio Castagnaro es
referente de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo
Colombres (INTA Tucumán). En 2011 formó parte de un equipo de científicos del
Mercosur que creó que un robot que busca las plantas de soja más aptas para
resistir la sequía. "Un gran resultado de este proyecto es el haber sido
capaces de construir un robot o plataforma automática para la evaluación masiva
de genotipos de soja, respecto de su capacidad de tolerar el déficit hídrico o
sequía", dijo Castagnaro. Cada día, el robot recorre simultáneamente 120
macetas con plantas de soja, determina su consumo hídrico para regarlas con la
cantidad precisa de agua, y les toma fotografías estereoscópicas para
documentar el crecimiento.
En el grupo de trabajo
(y patentamiento) participaron dos empresas: Nidera (una de las grandes
multinacionales del agro) e Indear (Instituto de Agrobiotecnología de Rosario),
espacio de referencia en cuando al impulso de los transgénicos. Indear, a su
vez, pertenece a la
empresa Bioceres , donde están presentes Gustavo Grobocopatel (unos de los mayores pooles de
siembra del continente) y Víctor Trucco (presidente honorario de Aapresid).
Castagnaro coordina el
proyecto de la
“Cadena Oleaginosa de Biotecsur (BiotecSojaSur)”, un espacio
promovido por el Ministerio de Ciencia donde confluyen académicos, ámbitos
estatales y, claro, empresas del agro.
Castagnaro es un férreo
impulsor de la caña de azúcar transgénica para agrocombustibles (iniciativa muy
cuestionada por movimientos campesinos y organizaciones sociales por sus
efectos sociales y ambientales). "El objetivo con las cañas transgénicas
fue hacer más eficiente y sostenible la producción.
Dar sustentabilidad
económica, social y ambiental y dar un impulso a un cultivo que es clave para
producir biocombustibles", resumió Atilio Castagnaro en una charla del
Congreso de Aapresid en 2013, en Rosario, y propuso que el 50 por ciento de la
matriz energética de Argentina sea en base a agrocombustibles.
Precisó que existen las
tradicionales regiones azucareras de Tucumán, Salta y Jujuy, con 550 mil
hectáreas de producción. "Hay un potencial de crecimiento de área cercano
a los 4,4 millones de hectáreas", aseguró y detalló la expansión de la
frontera agrícola de la caña de azúcar transgénica sobre Misiones y norte de
Santa Fe.
Le salió al cruce la
organización socioambiental tucumana ProEco (de la Red Nacional de
Acción Ecologista). “Un modelo que se expande para fumigarnos a todos”, fue el
título del comunicado y señaló que la liberación comercial de caña de azúcar
transgénica implica que “el modelo del agronegocio se reinventa una vez más” en
el sector agropecuario tucumano. Denunció los acuerdos entre la Estación Experimental
Obispo Colombres y Monsanto, rechazó el uso de agrotóxicos en
Tucumán y apuntó de lleno contra Castagnaro (que también es presidente de la Asociación Permanente
por los Derechos Humanos -APDH- de Tucumán): “Aprendió a modificar los derechos
humanos genéticamente”. La ONG se preguntó cómo “la preocupación por los
derechos humanos y el promover el aumento de ventas de agrotóxicos pueden
cohabitar en un mismo individuo”. Y le recordaron que el modelo transgénico
acapara territorios, desaloja indígenas y campesinos y desmonta. “Es una
contradicción militar por los derechos humanos y promover la fumigación de
grandes territorios provinciales”, cuestionó Roque Vicente Pondal, de ProEco.
Junto a Castagnaro
trabaja Bjorn Welin, también parte de la Conabia.
Ingenio Ledesma
Ricardo Fernández de
Ullibarri figura como participante de la Conabia por la Chacra Experimental
Agrícola Santa Rosa (Salta). La Chacra es el “instituto de
investigación” del Ingenio Ledesma e integra también la ASA (Asociación
Semilleros Argentinos, donde están todas las grandes empresas internacionales).
“El objetivo principal (de la Chacra) es crear variedades que mejoren la
productividad, competitividad y rentabilidad de los ingenios del norte
argentino”, remarca la presentación de la empresa.
Fernández de Ullibarri
es un impulsor de los organismos genéticamente modificados. “Ya tenemos
nuestras propias cañas transgénicas, pero aún no las sacamos comercialmente. En
todo el mundo se está trabajando sobre eso, pero nadie aún se animó a
cultivarlas comercialmente por los prejuicios que hay. Lo más lento es toda la
burocracia relacionada a las normas de bioseguridad y legales, no la
investigación en sí", se quejó Ullívarri en 2007 .
Y tomó postura sobre
los que critican a los OGM: “Hay que trabajar con empresas y consumidores en lo
que es imagen, porque hay muchos prejuicios sobre los transgénicos entre la
gente".
Cuadro de Monsanto
Hugo Permingeat figura
en Conabia como “Investigador Científico de la Facultad de Ciencias Agrarias de
Rosario”.
Hugo Permingeat, como
secretario general de la Facultad y junto a la decana (Liliana Ramírez),
justificó abiertamente la incidencia privada en la universidad pública: “Monsanto
forma sus cuadros aquí. Son ingenieros agrónomos a los que les brinda la
capacitación de posgrado y Monsanto valora esa capacitación que brindamos” .
Fue la forma de
justificar que Monsanto, Pioneer y Syngenta hayan “donado” un laboratorio de
biotecnología en la Facultad y equipamiento por 300 mil dólares. “Antes no
teníamos nada, así que en verdad es nuestro orgullo. Cuando golpeamos la puerta
(de Monsanto) para que nos ayuden, no tienen miramientos y nos ayudan a hacer
cosas como el laboratorio".
Permingeat, como parte
de Conabia, debe autorizar o rechazar pedidos de Monsanto.
¿Ecologista?
Diego Ferraro es
ingeniero agrónomo e integra la Conabia como representante de la Asociación Argentina
de Ecología (AAE). Curioso es que nadie dentro del mundo socioambiental,
asambleas, ONG y académicos conozca a la AAE.
La dirección postal de
la Asociación de Ecología es San Martín 4453. Es la misma dirección de la
Facultad de Agronomía de la UBA y, también, la dirección del Instituto de
Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas (Ifeva), un espacio de estudio con
explícita vinculación a las empresas del agro y ferviente defensor del modelo
de agronegocios.
El director del Ifeva
es Claudio Ghersa, un reconocido impulsor de los transgénicos y con
publicaciones científicas junto a Monsanto.
Diego Ferraro trabaja
en el Ifeva junto a Ghersa, y tienen media decena de publicaciones científicas
en coautoría.
Ante el avance de las
malezas resistentes a agroquímicos (uno de los grandes problemas irresueltos
del agronegocios), en febrero de 2014 se relanzó la Asociación Argentina
de la Ciencia de las Malezas (Asacim). Entre otros, la integran Ghersa y
Ferraro. Y también participan las empresas. Entre otras: Aacrea y Aapresid.
ILSI, Monsanto, Bayer...
María Fernanda Foresto
figura como integrante de la Conabia como referente por la Chacra Experimental
Agrícola Santa Rosa (del Ingenio Ledesma). Pero hay otro
conflicto de intereses. Foresto integra el Comité de Biotecnología de ILSI
(Instituto Internacional de Ciencias de la Vida), uno de los grandes centros
internacionales de lobby científico en favor de los transgénicos. El ILSI está
auspiciado y financiado por Monsanto, Dow Agrosciences, Bayer y Syngenta.
INTA
Dalia Marcela Lewi es
parte del Instituto de Genética del INTA y forma parte de la Conabia. En el libro
“Biotecnología y mejoramiento vegetal II”, Capítulo X, escribe un texto
académico titulado “Aplicaciones de la biotecnología en el control de
insectos”. Remarca los beneficios de los transgénicos en el control biológico,
reducción de plaguicidas, aumento del rendimiento y, como si fuera poco,
también remarca el menor uso de agua.
Lewi firma el artículo
en coautoría con Clara Rubinstein, de Monsanto Argentina.
También investigó,
junto a la empresa
Bioceres (otras de las referentes del agronegocios), la
resistencia del maíz transgénico al frío y a la salinidad.
Lewi también forma
parte del Comité de Biotecnología de ILSI, junto a investigadores de Monsanto,
Syngenta, Bayer y Dow Agrosciences.
Escribió un breve
artículo en el periódico de la Sociedad Argentina de Apicultores (una de las
producciones más afectadas por las fumigaciones). Lewi intentó llevar
tranquilidad a los apicultores perjudicados: “Los cultivos genéticamente
modificados producen alimentos seguros para el consumo humano y animal. Se han
estudiado cuidadosamente y cumplen con las normas de seguridad ambiental y
alimentaria. Toda la evaluación está basada estrictamente en criterios
científicos. Vale la pena destacar que no existen peligros de toxicidad o alergenicidad”.
Dalia Ewi firmó el
artículo como “miembro de Conabia”. Omitió sus vinculaciones con las empresas
transgénicas.
Popurrí
Teresita Martín figura
como parte de Conabia en representación del Foro Argentino de Bioteconología.
No específica que es referente de la empresa DuPont Pioneer.
En Conabia también participan (y deciden) Luis Negruchi (Aapresid) y Alejandro
Petek (Aapresid).
Guillermo Mentruyt
firma como integrante de ASA (Semilleros), no aclara que es gerente de Asuntos
Regulatorios de Dow AgroSciences
En julio de 2012, Dow
AgroSciences anunció “la inminente comercialización” de los primeros híbridos
de maíz con hasta cinco características “modificadas a través de la
biotecnología”. Mentruyt Explicó que los maíces ya había pasado “todas las evaluaciones
pertinentes relacionadas con la bioseguridad para el agroecosistema (a cargo de
la Conabia)”.
Omitió que la misma Syngenta
integra la Comisión.
Lucas Lieber es
egresado de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Rosario. Su
CV detalla su trabajo en Indear y Bioceres. También está presente en Conabia.
Fernando Bravo
Almonacid (Conicet) es investigador “independiente del Conicet en el Instituto
de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (Ingebi-UBA) y
trabaja en la mejora genética de la papa. Luego de seis años de trabajo, en 2013
logró una nueva variedad, que sería más resistente a los virus del campo. Todo
lo referido a la aprobación en Conabia quedó a cargo dela empresa Tecnoplant
(del Grupo Sidus). Almonacid también forma parte de Conabia.
Cómo “observadores” de
la Conabia figuran dos integrantes de la Cámara Argentina
de Biotecnología). Gerónimo Watson (desde hace nueve años con el cargo de
“líder en desarrollo” de la
empresa Indear ) y Mirta Antongiovanni (gerente de Asuntos
Regulatorios de la
semillera Don Mario ).
UBA S.A.
Eduardo Pagano es
agrónomo, doctor en ciencias biológicas y fue, hasta marzo pasado, vicedecano
de la Facultad de Agronomía de la UBA. También integra la Conabia y es profesor a
cargo de la Cátedra de Bioquímica de Agronomía de la UBA. Desde esa cátedra,
trabaja junto a la
semillera Don Mario (una de las grandes empresas argentinas
del sector) en cultivos de trigo y soja. "Elegimos vincularnos con Don
Mario porque es una empresa nacional que apuesta a la formación de recursos humanos
y porque esta relación nos ofrece una posibilidad concreta de trasferir el
conocimiento que generamos y de llegar con nuestras investigaciones al medio
productivo", afirmó Eduardo Pagano .
El director de
Investigación de Don Mario, Marcos Quiroga, también celebró el trabajo
conjunto: "Generamos tecnologías que sirven para dar soluciones concretas
a problemas muy importantes para el cultivo de soja en la Argentina, Estados
Unidos y Brasil", ejemplificó.
Pagano fue más allá y
celebró que estudiantes de la UBA hagan sus tesis en la empresa Don Mario :
"En nuestra cátedra participan estudiantes que recién comienzan a cursar,
así como otros que están haciendo su trabajo de intensificación para finalizar
la carrera, o realizan maestrías, doctorados y posdoctorados. El hecho de que
haya investigadores instalados en una empresa haciendo su posgrado es novedoso
en el sistema científico argentino".
Pagano nunca expresó
conflictos de intereses para aprobar transgénicos en Conabia.
Denuncias y relatos
Desde la aprobación de la soja RR con uso de
glifosato en 1996, el accionar de la Conabia siempre fue blanco de denuncias
por organizaciones sociales y científicos no vinculados al sector privado.
Desde los Gobiernos siempre relativizaron la incidencia empresaria pero también
siempre ocultaron la nomina de integrantes y nunca precisaron la forma de
funcionamiento de la
Comisión. Mucho menos hacen públicas las actas y la forma de
aprobar los pedidos empresarios.
El Centro de Estudios
Legales del Medio Ambiente (Celma) denunció en 2013 ante la Justicia Federal
la forma “irregular” en la que fue aprobada la semilla de soja “Intacta RR2” de
la empresa Monsanto
(en 2012). Cuestionó la inexistencia de consulta pública (como establece la ley
argentina), la carencia del debido estudio de impacto ambiental y la omisión de
frondosa bibliografía científica sobre los efectos negativos en salud y
ambiente de los transgénicos.
El Celma accedió al
expediente administrativo de aprobación de la soja de Monsanto, denunció que la
semilla aprobada “no posee una debida declaración de impacto ambiental” por
parte de la Conabia y explicó que la aprobación “se sustenta en estudios sólo
de Monsanto”. El Estado no realizó ningún estudio. Fernando Cabaleiro, del
Celma, cuestionó el rol de la Conabia y del Senasa (Servicio de Sanidad y
Calidad Agroalimentaria ). “Se basan sólo y exclusivamente en los estudios
realizados por la propia firma solicitante, Monsanto. No existe ninguna
observación ni pregunta sobre los trabajos presentados por la empresa”, afirmó
el abogado y mostró la foja 37, documento de decisión con el que la Conabia
aprobó la nueva soja. Se visualizan once garabatos-firmas, sin aclaración de
nombres, especialidad ni cargos. “Pudo ser cualquiera. Es insólito la impunidad
con la que dan luz verde a una semilla que abarcará millones de hectáreas”,
cuestionó el abogado.
La Conabia aprobó más
de 30 eventos transgénicos (maíz, soja y algodón), pero se niega a hacer
públicos los expedientes de aprobación. El Periódico de CTA llamó al secretario
ejecutivo de la Conabia y director de Biotecnología del Ministerio de
Agricultura, Martín Lema. Pero éste no devolvió los llamados.
En 31 de octubre
pasado, el Ministerio de Agricultura envío una gacetilla elocuente, titulada
“el trabajo de la
biotecnología Argentina fue reconocido por la FAO (
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).
Celebraba que la Conabia había sido seleccionada como “centro de referencia” de
la FAO para la “bioseguridad” de transgénicos. La Conabia pasará a “prestar
asesoramiento técnico y científico” a la FAO.
El comunicado del
Ministerio de Agricultura se autoelogiaba. “Reafirma a nuestro país como uno de
los principales líderes a nivel mundial en biotecnología” y definió a la
Conabia como “un espacio pionero a nivel mundial en materia de aprobación de
OGM, que prioriza la seguridad para el agroecosistema y la inocuidad para el
consumo humano y animal”.
* Periodista. Colaborador del Periódico de la
CTA
Este
artículo fue publicado en el Periódico de
Fuente:
http://www.agenciacta.org/spip.php?article14565
-----
desde la Asamblea de
Autconvocadxs del bloqueo a Monsanto
28 de enero de 2015
28 de enero de 2015
Por
Asamblea de Autoconvocadxs del Bloqueo
A más de 15 meses
de bloqueo y acampe en las puertas de la que pretende ser una de las fábricas
procesadoras de semillas transgénicas más grandes del mundo- cuya construcción
logró detenerse y declararse inconstitucional a partir de la lucha social y del
mismo bloqueo- los gobiernos siguen ignorando las irregularidades, sin
mencionar las consecuencias socio-ambientales y sanitarias que causa este
modelo agrotóxico de monocultivo.
Durante el transcurso de este último tiempo, hemos visto cómo compran voluntades políticas y preparan el terreno para que su imposición parezca democrática e incuestionable.
Monsanto logra una falsa legitimidad por todo un sistema productivo explotador, calculador, frío y miserable que lo hace posible.
Actualización
Luego de declararse inconstitucional la construcción de la planta en enero de 2014, Monsanto presenta una apelación contra dicha sanción, que también es rechazada. Al mes siguiente, el intendente de Malvinas, Daniel Omar Arzani, luego de negarse a una entrevista con el pueblo y ocultarse dentro de la Municipalidad, ordenó reprimir a quienes, afuera, se manifestaban a favor de la vida y contra estas empresas que vienen envenenando, saqueando nuestros recursos y matando pueblos enteros con la excusa del progreso desde hace casi un siglo.
En Junio, modificaron la Ley de Ambiente disfrazándola de Convivencia Ambiental, mientras, en las afueras de la Legislatura, cientos de manifestantes eran reprimidos violentamente por la policía, dejando un saldo de 26 compañerxs detenidxs. Esta nueva Ley le facilitaría las herramientas a Monsanto para instalarse definitivamente en Malvinas, a pesar de que anteriormente había sido rechazado su estudio de impacto ambiental. Al mismo tiempo, esta nueva Ley permitiría la realización de otros tantos emprendimientos industriales altamente contaminantes y el avance de proyectos mega inmobiliarios.
Según estudios recientes, (laboratorio CENATOXA, UBA, FUNAM) 7 de cada 10 malvinenses tienen agrotóxicos en sangre. Monsanto es uno de los mayores productores de agrotóxicos a nivel mundial.
Entre Agosto y Octubre, vimos cómo enla Universidad Nacional
de Córdoba pusieron a un lacayo títere de las corporaciones y de la sojización
de decano en la Facultad de Agronomía. Parte del estudiantado despierto unido a
otros sectores logró suspender un convenio de la UNC con Monsanto mediante la
denuncia permanente y la lucha colectiva. Con este convenio, pretendían
legitimar su imagen bajo la firma de la UNC, disponiendo de sus saberes para
confeccionar un nuevo Estudio de Impacto Ambiental,
el cual una vez presentado, es evaluado por la CTI (Comisión Técnica
Interdisciplinaria) de la Secretaría de Ambiente, conformado, justamente, por
miembros de la UNC, entre otrxs.
Quieren que tengamos miedo y nos resignemos!!!
Losmedios hegemónicos, como la
Voz del Interior, son suyos, venden sus publicidades y manipulan la opinión
pública difamando y estigmatizando a quienes luchan contra estas empresas,
negocian nuestro futuro y nos quieren convencer de que nada se puede hacer.
Ahora, cambiaron el Código Civil, van por un Código de Faltas aún más represivo, la Ley de Semillas para patentar y monopolizar los cultivos y avanzar en la producción de OGM (Organismos Genéticamente Modificados), Ley de Agrotóxicos para garantizar el envenenamiento de los pueblos mediante la fumigación, Ley Anti-piquete para silenciar nuestros reclamos, Ley Anti-terrorista para perseguirnos y criminalizar a lxs que luchan, etc.
Frente a la siesta inducida por los tiempos burocráticos de la legalidad, suena la alarma que despierta la revuelta insurreccional...
Desde este espacio de resistencia, se han estado realizando actividades en Malvinas: festivales, muraleadas, huertas, proyecciones, talleres, marchas. Lo mismo en Córdoba Capital en conjunto con otras organizaciones, movimientos y espacios. Tomamos la convocatoria de compañerxs de Bs. As. y realizamos el ciclo contrahegemónico artístico-cultural de videos independientes, COfisu. También, para el año de Bloqueo, realizamos durante 3 días las Jornadas de Encuentro, Intercambio y Hermandad Entre las Luchas, donde participaron compañerxs de lucha, artistas y talleristas de todo el país.
Celebramos las prácticas de lxs compañerxs que ponen el cuerpo y buscan autonomía más allá de las palabras y llevan en la piel la recuperación de tierras y la producción orgánica, que son otros pilares en esta lucha.
Seguimos manteniendo este espacio reciclando lo que otrxs tiran, con huertas, recibiendo donaciones y a través dela autogestión. En el
camino a ser más consecuentes con lo que planteamos, que es posible, como
respuesta contra lo preestablecido. Este rumbo a la deconstrucción de los
condicionamientos imperantes nos llevó a definir consensos, que resultaron en
un manifiesto y material audiovisual que expresan visiones del carácter del
espacio y de lo que queremos construir.
También hemos abierto la convocatoria del Proyecto Entre Barricadas, apuntando a la difusión, transmisión, interacción, formación y creatividad para, mediante contenidos y actividades concretas, podamos fortalecer el bloqueo y la lucha.
Nos hemos visto en la necesidad de tomar voz propia después de haber padecido la tergiversación de nuestros dichos y acciones pormedios
tanto hegemónicos como algunos “alternativos”, sumado a la
manipulación pública de Monsanto y los gobiernos de turno. Por eso, encaramos un proyecto de radio con perspectivas a que sea abierta e itinerante.
Nos vamos a seguir manifestando en las calles con marchas, intervenciones, actividades de “Todos los 25 hasta que se vaya Monsanto” y organizándonos para que no nos tomen por sorpresa. Frente a la falta de propuesta en el panorama actual de la lucha, ellxs siguen ganando tiempo especulando con el año electoral y logrando desgastar el impulso. Monsanto avanza con viajes para que lxs malvinenses conozcan su planta en Rojas, cursos de oficios y talleres para poner la opinión pública de su lado para asegurarse la consulta popular.
Ya pasó un año, ¿qué estamos esperando? Es hora de exigir, de exigirnos. Tomar nosotrxs mismxs las riendas de nuestros destinos.
SE ACABA LA PACIENCIA… SAQUEMOS A MONSANTO CUANTO ANTES DE MALVINAS Y DE NUESTRAS VIDAS!!!
Durante el transcurso de este último tiempo, hemos visto cómo compran voluntades políticas y preparan el terreno para que su imposición parezca democrática e incuestionable.
Monsanto logra una falsa legitimidad por todo un sistema productivo explotador, calculador, frío y miserable que lo hace posible.
Actualización
Luego de declararse inconstitucional la construcción de la planta en enero de 2014, Monsanto presenta una apelación contra dicha sanción, que también es rechazada. Al mes siguiente, el intendente de Malvinas, Daniel Omar Arzani, luego de negarse a una entrevista con el pueblo y ocultarse dentro de la Municipalidad, ordenó reprimir a quienes, afuera, se manifestaban a favor de la vida y contra estas empresas que vienen envenenando, saqueando nuestros recursos y matando pueblos enteros con la excusa del progreso desde hace casi un siglo.
En Junio, modificaron la Ley de Ambiente disfrazándola de Convivencia Ambiental, mientras, en las afueras de la Legislatura, cientos de manifestantes eran reprimidos violentamente por la policía, dejando un saldo de 26 compañerxs detenidxs. Esta nueva Ley le facilitaría las herramientas a Monsanto para instalarse definitivamente en Malvinas, a pesar de que anteriormente había sido rechazado su estudio de impacto ambiental. Al mismo tiempo, esta nueva Ley permitiría la realización de otros tantos emprendimientos industriales altamente contaminantes y el avance de proyectos mega inmobiliarios.
Según estudios recientes, (laboratorio CENATOXA, UBA, FUNAM) 7 de cada 10 malvinenses tienen agrotóxicos en sangre. Monsanto es uno de los mayores productores de agrotóxicos a nivel mundial.
Entre Agosto y Octubre, vimos cómo en
Quieren que tengamos miedo y nos resignemos!!!
Los
Ahora, cambiaron el Código Civil, van por un Código de Faltas aún más represivo, la Ley de Semillas para patentar y monopolizar los cultivos y avanzar en la producción de OGM (Organismos Genéticamente Modificados), Ley de Agrotóxicos para garantizar el envenenamiento de los pueblos mediante la fumigación, Ley Anti-piquete para silenciar nuestros reclamos, Ley Anti-terrorista para perseguirnos y criminalizar a lxs que luchan, etc.
Frente a la siesta inducida por los tiempos burocráticos de la legalidad, suena la alarma que despierta la revuelta insurreccional...
Desde este espacio de resistencia, se han estado realizando actividades en Malvinas: festivales, muraleadas, huertas, proyecciones, talleres, marchas. Lo mismo en Córdoba Capital en conjunto con otras organizaciones, movimientos y espacios. Tomamos la convocatoria de compañerxs de Bs. As. y realizamos el ciclo contrahegemónico artístico-cultural de videos independientes, COfisu. También, para el año de Bloqueo, realizamos durante 3 días las Jornadas de Encuentro, Intercambio y Hermandad Entre las Luchas, donde participaron compañerxs de lucha, artistas y talleristas de todo el país.
Celebramos las prácticas de lxs compañerxs que ponen el cuerpo y buscan autonomía más allá de las palabras y llevan en la piel la recuperación de tierras y la producción orgánica, que son otros pilares en esta lucha.
Seguimos manteniendo este espacio reciclando lo que otrxs tiran, con huertas, recibiendo donaciones y a través de
También hemos abierto la convocatoria del Proyecto Entre Barricadas, apuntando a la difusión, transmisión, interacción, formación y creatividad para, mediante contenidos y actividades concretas, podamos fortalecer el bloqueo y la lucha.
Nos hemos visto en la necesidad de tomar voz propia después de haber padecido la tergiversación de nuestros dichos y acciones por
manipulación pública de Monsanto y los gobiernos de turno. Por eso, encaramos un proyecto de radio con perspectivas a que sea abierta e itinerante.
Nos vamos a seguir manifestando en las calles con marchas, intervenciones, actividades de “Todos los 25 hasta que se vaya Monsanto” y organizándonos para que no nos tomen por sorpresa. Frente a la falta de propuesta en el panorama actual de la lucha, ellxs siguen ganando tiempo especulando con el año electoral y logrando desgastar el impulso. Monsanto avanza con viajes para que lxs malvinenses conozcan su planta en Rojas, cursos de oficios y talleres para poner la opinión pública de su lado para asegurarse la consulta popular.
Ya pasó un año, ¿qué estamos esperando? Es hora de exigir, de exigirnos. Tomar nosotrxs mismxs las riendas de nuestros destinos.
SE ACABA LA PACIENCIA… SAQUEMOS A MONSANTO CUANTO ANTES DE MALVINAS Y DE NUESTRAS VIDAS!!!
Fuente: http://argentina.indymedia.org/news/2015/01/871588.php
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