Preguntas para el K-progresismo
18 de noviembre de 2014
Por Rolando Astarita
Durante años el progresismo nac
& pop, en prácticamente todas sus variantes, insistió en que uno de los
rasgos distintivos del kirchnerismo era que había suplantado un modelo que
beneficiaba la acumulación financiera, por otro que se centraba en la producción. En los
primeros años la idea iba acompañada del elogio de los superávits gemelos, esto
es, fiscal y de cuenta corriente.
Pues bien, ¿en qué se diferencia lo que está haciendo hoy el
Ministerio de Economía con las clásicas políticas de la “derecha funcional a
los negocios del capital financiero”? Más precisamente, ¿en
qué se diferencia una política de atraso cambiario para frenar la inflación,
alto déficit fiscal, déficit en cuenta corriente, altas tasas de interés y
masivo endeudamiento del Banco Central (Lebac, ventas de futuros a bajo precio)
para gran negocio de los bancos, fondos de inversión y grandes empresas, de las
políticas acostumbradas de cualquier gobierno asociado a la “patria
financiera”?
Algunos datos para
ayudar al K-progresismo a responder: el stock de Lebac del Central es de
324.500 millones de pesos (10/11). El costo medio por intereses de este stock
es de aproximadamente 30% (varía entre 29 y 31, según los plazos). Esto
significa que el Central está pagando unos 100.000 millones de pesos anuales
por intereses. Para tener un punto de comparación, la Asignación Universal
por Hijo implica una erogación anual de 36.000 millones de pesos.
Destaquemos que las tasas que pagan las Lebac han sido la
referencia y el piso para los títulos que emiten las empresas, ya que es un
rendimiento libre de riesgo. Por eso compran Lebac no solo bancos, sino también
fondos de inversión, aseguradoras y empresas. Según un testimonio que recoge El Cronista Comercial,
la mayoría de los fondos tienen el 40% de su patrimonio en Lebac, que es el
máximo permitido. Señalo que la cuestión de la fácil ganancia que se
propicia a bancos y demás integrantes del sistema financiero, la he señalado ya
hace años (aquí).
Además, el Gobierno emitió títulos en pesos Bonac, que pagan una
tasa que depende de la Lebac (casi 30% anual, ¿la inflación no es del 14%
anual?) por 47.350 millones de pesos. Recordemos también que Economía no ha
dejado de pagar altísimas tasas en dólares para tomar deuda. Un caso
ilustrativo fue la colocación del Bonar 2024, realizada en 2014. Con el Bonar
consiguió 3550 millones de dólares, pagando el 8,75% anual (el bono se emitió
como parte de la indemnización a Repsol por la expropiación de YPF).
Pregunta: ¿qué tiene que ver este nivel de tasas con el
keynesianismo? ¿Podrían los economistas K, que tanto hablan de Keynes,
explicarnos cómo encajan estas tasas con Keynes? La respuesta, simple, es que
no encajan. Tampoco encajan con nada que tenga que ver con la noción de
acumulación productiva, central en el pensamiento de los clásicos, o en Marx.
Sin embargo, esto se oculta.
Otro
ejemplo de bicicleta sucede con el bono dollar
linked, Bonad; se emitió por 10.652 millones de pesos. Es un bono
cuyo valor nominal es en dólares, pero se paga en pesos al tipo de cambio
oficial, con vencimiento a un año y medio; rinde 0,75% anual. El precio de
corte de la colocación de agosto fue 106 dólares por cada 100 dólares de valor
nominal del bono. O sea, el que paga 106 dólares cobrará, en pesos 101,5
dólares a lo largo de la duración del bono. Lo que justifica esa tasa negativa
es que juega con la expectativa de devaluación. El Cronista Comercial informa de la siguiente operación:
fondos externos venden bonos en dólares a cambio de pesos para comprar Bonad,
ya que reciben $14 por dólar vía contado con liquidación y compran dollar-linked a
$9,35 por dólar. ¿Esto no es bicicleta?
También está el negocio con los futuros del
dólar. El Central tendría contratos vendidos por un más de 16.000 millones de
dólares. Esto significa que los que compraron futuros (bancos, grandes empresas
e inversores) se aseguraron un precio del dólar de 10,56 pesos a febrero, o 10,82 a marzo (cuando en
Nueva York febrero hoy opera a 15,75 pesos). En otras palabras, un “seguro
cambiario” para grandes capitales. Para vincularlo con lo anterior: un inversor
coloca pesos a tasas de 30% anual y compra futuros para cubrirse. ¿No es otro
negocio redondo de bicicleta financiera? Además, ¿acaso el Estado no es
partícipe necesario de la misma?
En definitiva, queda planteada la pregunta para los que
quieren armar “un mundo de diferencia” entre los dos candidatos del ballotaje:
¿en qué se diferencia lo que hace hoy Economía, de lo que típicamente hizo la
típica “derecha aliada al capital financiero”? Ya he formulado en otras
ocasiones la pregunta, pero nadie contesta. Ahora la vuelvo a realizar. ¿O será
que no se quiere responder porque se es consciente de que la respuesta lleva al
indecible “ajuste” que aplicaría Scioli, tanto como Macri?
Fuente:
https://rolandoastarita.wordpress.com/2015/11/18/preguntas-para-el-k-progresismo/
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Patria bancaria en tiempos K
7 de agosto de 2010
Por Rolando
Astarita
En el pensamiento
progresista pro K se ha convertido en un lugar común sostener que el actual es
un “modelo productivo”, por oposición al “modelo de dominancia financiera” de
los noventa. Una oposición que se habría reforzado con la asunción de Marcó del
Pont en el Banco Central.
Pues bien, en esta nota quiero apuntar a una
pequeña cuestión que, me parece, no encaja del todo en esa idea tan
generalizada. Tiene que ver con la operatoria del Banco Central, y de los
bancos.
Como es sabido, desde hace años el Central
está absorbiendo los dólares que se generan por el excedente de la balanza
comercial, contra los que emite pesos. Por otra parte, y dado que la teoría
monetarista ortodoxa (acatada por buena parte de la “heterodoxia”) sostiene que
el aumento de la cantidad de dinero genera aumento de precios, el Banco Central
realiza operaciones para reabsorber parte de lo que emite. Es lo que se llama
esterilización. Consiste en colocar títulos del Banco Central (Lebac). Estas letras,
que lógicamente rinden un interés, son compradas por los bancos.
A julio de 2010 el valor global de las Lebac
en manos de los bancos asciende a 57.000 millones de pesos, en términos
redondos (dato que tomo de la página web del BCRA). Las Lebac a 90 días están
pagando un promedio de 12% de interés anual. Los bancos, a su vez, están
pagando a los ahorristas una tasa de alrededor del 9,5% anual por depósitos a
treinta días. Esto significa que le prestan al Estado, sin riesgo, al 12%, y
pagan a los ahorristas el 9,5%. Dado el monto, 57.000 millones de pesos, los
bancos obtienen un ingreso neto de unos 1.400 millones de pesos anuales. Un
bonito rendimiento, basado en un apalancamiento que, subrayo, no representa
riesgo alguno. Aquí no existe inversión productiva de ninguna naturaleza. Es
pura bicicleta financiera, y apropiación de plusvalía, a través de los canales
estatales. ¿Alguien me puede explicar cómo encaja esto en las
categorías usuales?
Fuente: https://rolandoastarita.wordpress.com/2010/08/07/patria-bancaria-en-tiempos-k/
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